Pese a que el escritor Hans Christian Andersen nació en Odense, pasó gran parte de su vida en Copenhague, sobre todo cuando escribió sus obras más relevantes.
A lo largo de su prolífica carrera escribió -entre otras piezas literarias- 168 cuentos, muchos de los cuáles han alcanzado fama mundial. Incluso, tres de ellos (El patito feo, La sirenita y La reina de las nieves que inspiró Frozen) han acabado en la gran pantalla gracias a las películas de animación de Disney.

El legado de Hans Christian Andersen en Copenhague es innegable, empezando por La Sirenita, una pequeña estatua que se ha erigido en el icono de la capital de Dinamarca. Su figura y otros muchos motivos convierten a esta ciudad en un destino muy apetecible para los que viajamos con niños. En primer lugar, porque es una ciudad muy cómoda para pasear, sobre todo, cuando el clima acompaña. Está repleta de calles peatonales, muchísimos jardines y parques o paseos marítimos.

También de tiendas con ropa infantil realmente preciosa o ideales para que los niños se diviertan como pueden ser la LEGO y la Disney store. Además, tiene un tamaño perfecto para recorrerla a pie o en bici ya que es una ciudad adaptada a las mil maravillas para este tipo de vehículos de dos ruedas. Vamos a descubrir algunos de los atractivos de Copenhague para toda la familia.
Los jardines del Tivoli y Bakken
El Tivoli tiene el aspecto de los parques de atracciones de antaño, pese a que tiene instalaciones y juegos muy modernos. Fue inaugurado en 1843, aunque todavía conserva sus viejas casetas de colores propias de otra época. Las más sofisticadas atracciones conviven con los clásicos tiro al blanco o pesca de peces de colores. El parque, además, está repleto de restaurantes, cafeterías y heladerías para matar el gusanillo entre atracción y atracción.

En verano siempre tiene un amplio programa de actividades culturales para toda la familia. Da igual la edad que tengas o cuales sean tus hobbys, en el Tivoli seguro que encuentras algo que te divierta. Puedes perder la noción del tiempo paseando por sus hermosos jardines y lagos, escuchando algún concierto o divirtiéndote en alguna de sus muchas atracciones. Lo mejor de todo es que está a pocos pasos de Rådhuspladsen (el corazón de Copenhague). Una alternativa a Tivoli es Bakken en el norte de la ciudad, considerado el parque de atracciones más antiguo del mundo.

Buscando a la Sirenita hasta el muelle Langelinje
Una buena forma de conocer Copenhague es buscar a su vecina más famosa, La Sirenita. Desde Rådhuspladsen hay un paseíto de unos 40 minutos andando hasta llegar al muelle Langelinje que es donde reposa la célebre estatua. Por el camino puedes caminar por la enorme calle comercial de Strøget, la bellísima plaza de Kongens Nytorv y, si tienes tiempo, desviarte a ver el colorido canal de Nyhavn donde Hans Christian Andersen vivió casi 20 años. Antes o después de visitar a la icónica Sirenita también puedes parar en el Churchillparken donde los niños disfrutarán jugando y corriendo.

Una vez en el muelle Langelinje podréis contemplar a la pequeña estatua de bronce creada por Edvard Eriksen y que fue donada por el Carl Jacobsen, filántropo y fundador de la cerveza Carlsberg. Jacobsen quedó prendado de Ellen Price, la bailarina que interpretó el papel principal de La Sirenita en la obra de danza homónima basada en el cuento de Hans Christian Andersen.
Ciencia y otros atractivos de Copenhague con niños
A los padres nos suele obsesionar la tarea de encontrar lugares donde se conjugue diversión con aprendizaje. Un claro ejemplo de esta dualidad sería la Experimentarium City en Christianshavn. Con la ciencia como hilo conductor, los niños pueden mirar, tocar y experimentar con los artilugios de este increíble lugar. Otro lugar muy apropiado es el Tycho Brahe Planetarium, donde las pantallas IMAX y 3D nos llevarán a explorar la galaxia hasta el infinito y más allá.
Otros lugares muy interesantes para pasarlo bien en familia en Copenhague son su espectacular acuario apodado «el planeta azul», un precioso museo al aire libre donde los niños pueden aprender cómo era la vida en la Dinamarca de hace siglos. Es de los más antiguos del mundo de este estilo. Además, puedes contemplar osos polares en el zoo o jugar a aprender con el arte en el Children’s Museum at The National Museum.
La capital danesa es una de las más interesantes de Europa para viajar con niños, puedes ceñirte a los planes que te recomendamos aquí o simplemente dedicarte a pasear por sus preciosas calles empedradas sin rumbo alguno. Mira con atención porque seguro que en más de un rincón encontrarás referencias a Hans Christian Andersen o a alguno de los personajes de sus cuentos. Tanto ellos como la propia Copenhague nos ha hecho soñar despiertos en más de una ocasión.