El Papa, Obama, los Rolling… todos quieren ir a Cuba. Promoción extra para la isla por si los mojitos y la salsa no fueran suficiente reclamo.
Desde que Ernest Hemingway abandonara La Habana en 1960, ninguna otra visita norteamericana había generado tanta expectación como la del presidente Barack Obama. Su viaje a La Habana el mes de marzo fue un acontecimiento histórico. El último presidente americano –en activo– que pisó tierra cubana fue Calvin Coolidge. Corría el año 1928.
En las 48 horas que Obama pasó en la isla no salió de La Habana, capital del país y principal reclamo para los turistas que visitan la isla caribeña con el Malecón, las casas coloniales, la música sonando en casi cada esquina… y las tabernas con encanto. Como La Bodeguita del Medio, parada imprescindible en la ruta más animada de la ciudad.

«Mi mojito en La Bodeguita, mi daiquiri en el Floridita», decía Hemingway. El escritor, que vivió en la isla durante más de 20 años, es responsable de gran parte de la fama que ambos locales siguen cosechando. De hecho, en la barra del Floridita hay una estatua de bronce con su figura, como si estuviera esperando su último daiquiri. Inmóvil. Como la ciudad, que parece haberse detenido en el tiempo. Precisamente esa decadencia la convierte en un destino único. La Habana Vieja es el distrito más antiguo, pero también el más restaurado. Declarado Patrimonio de la Humanidad, todo queda a poca distancia y es fácil dejarse llevar y perderse por sus calles, aunque a veces parezcan repletas de turistas.

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Para conocer el verdadero espíritu de la vida diaria en La Habana, hay que ir más allá del casco histórico. En zonas como Centro Habana se respira el ambiente local más auténtico. El de una ciudad que vive la calle y que disfruta de una gran oferta cultural. Una oferta que revolucionaron los Rolling Stones con su concierto del pasado marzo en la Ciudad Deportiva de La Habana (el primero en suelo cubano para la mítica banda). Más allá del rock ocasional, los ritmos latinos son los habituales en la capital. Música y baile que los cubanos han sabido exportar a la perfección y que son habituales en los locales de la ciudad. La programación cultural de La Habana se completa con obras de teatro y películas. Ir al cine en La Habana es toda una fiesta. Los habaneros acostumbran a ‘animar’ cada película con sus comentarios, sus risas y sus bailes.
Más allá de La Habana
La segunda ciudad más importante del país, Santiago, se encuentra al sureste. A unos 900 kilómetros de La Habana, puede suponer la excusa perfecta para recorrer la isla de punta a punta en un ‘road trip’ a la cubana. Para viajeros menos pausados, ambas ciudades están conectadas también por avión (el vuelo dura algo más de una hora). Ya en Santiago, se repite el patrón de ciudad colonial del que presume La Habana. Con un plus: la variedad de estilos de música (son, bolero, trova) que ponen la banda sonora a sus calles. Por Santiago pasaron asiáticos, africanos, españoles… Y todos dejaron su huella sonora en la ciudad. Para comprobarlo, La Casa de la Trova es visita imprescindible.

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Entre el resto de atractivos de la isla no hay que olvidar sus playas de arena blanca y mar turquesa. Pocas comparables a las de los Cayos. Cayo Guillermo, Cayo Coco, Cayo Santa María o Cayo Largo ofrecen esa típica postal del Caribe. Los tres primeros se encuentran en el archipiélago Jardines del Rey, bautizado así por los españoles en el siglo XVI en honor a Fernando el Católico. Está al norte de la isla principal. Además de destino de sol y playa, son escenario de deportes náuticos como el submarinismo. El de Santa María es Reserva de la Biosfera, y está unido con Caibarién (el poblado más cercano de la isla principal) por un pedraplén de casi 50 kilómetros sobre el mar. Este puente está considerado uno de los grandes hitos de la ingeniería civil cubana. Durante su recorrido atraviesa también los islotes de Las Brujas y Ensenachos, conocidos por la importante biodiversidad de la zona. Flamencos, gaviotas, lagartos e iguanas pueblan este entorno que también puede presumir de una gran riqueza submarina. Igual que los fondos de Cayo Largo (al sur de la isla principal), muy populares entre los aficionados al buceo. Con 25 kilómetros de longitud, este islote es todo playa. Destino habitual para naturistas, aún puede presumir de playas vírgenes de difícil acceso.

Varadero es uno de los destinos de playa más populares de la isla. Se trata de la ciudad más septentrional de Cuba, el punto más cercano a Estados Unidos, concretamente al estrecho de La Florida. De sus 30 kilómetros, unos 22 son playa. Desde los años 90, buena parte de ellos están ocupados por compañías hoteleras internacionales, en las que triunfa el «todo incluido». Otra cara más de Cuba que sumar a la Habana, la marchosa Santiago o los paradisíacos Cayos.