Una ciudad con tanta historia tiene muchos secretos que contar, muchas historias que narrar y aventuras que disfrutar. Por eso, hoy os traemos una píldoras de esa historia, para que hagas planes diferentes a los habituales en París.
Lugares secretos de París
La ciudad de la luz esconde a varios metros de profundidad un entramado de túneles y frías criptas que se cerraron al público en 1955.
El mundo subterráneo de la capital francesa está salpicado de sorpresas. Así lo demuestra la red de túneles, criptas y búnkeres de más de 260 kilómetros que se empezaron a crear en la época romana debido a la extracción de piedra caliza para la construcción del París tal y como lo conocemos hoy en día. De ese primer material se conserva aún en el Barrio Latino y en la Ìle de la Cité un anfiteatro, varios baños romanos y diferentes esculturas.
Con la llegada del medievo y los primeros cristianos nada cambiaría en la capital francesa. Esa piedra se siguió sacando para la construcción de grandes edificios como el Louvre y Notre-Dame y los túneles del subsuelo parisino siguieron expandiéndose de forma anárquica.
Durante el siglo XVIII fue tal la cantidad de piedra que se extrajo que la ciudad comenzó a hundirse, de ahí que las autoridades decidieran paralizar la extracción de piedra para que la ciudad de la luz no acabará en ruinas. Años después, concretamente en 1955, también se tuvieron que prohibir los “viajes” al subsuelo parisino por el peligro que corrían allí abajo las personas que se internan en este entramado de túneles sin el personal oficial autorizado. Aunque se multa a aquellos que incumplen esta norma, los llamados popularmente “catáfilos” no han dejado de descender a las cloacas de la ciudad, bien por el metro o utilizando las alcantarillas. Estos veteranos exploradores poco a poco han ido elaborando mapas del subsuelo parisino y gracias a su arduo trabajo, sabemos que bajo París existe desde un cementerio a una fabrica de cerveza.
Hallazgos subterráneos en París
Cuando la ciudad se prepara para descansar, ajena a lo que sucede en el subsuelo de la capital francesa, los catáfilos se introducen en sus entrañas, entre pequeñas grietas, pasillos de escasos metros, aguas residuales y suciedad, para sacar a la luz algunos de los secretos de este enorme mundo oscuro.
Desde finales del siglo XVIII, parte de estas minas que habían sido abandonadas años antes, se convirtieron en un cementerio subterráneo en el que enterraron alrededor de seis millones de parisinos con el objetivo de descongestionar los masificados cementerios de Saint Nicolas des Champs y des Saints-Innocents. Años más tarde también acabarían en esta necrópolis los franceses ajusticiados por el Terror revolucionario, entre ellos Robespierre y Marat. A las Catacumbas de París (más información en National Geographic), en cuya entrada reza una inscripción “!Alto! Este es el Reino de la Muerte, se accede por una cripta, fría y oscura, que da a un corredor de unos 800 metros repleto de huesos apilados a uno y otro lado de los muros de contención.

Las catacumbas, que significa “lugar de enterramiento subterráneo”, se instauraron en Francia con el apogeo de la cristiandad en la Edad Media, ya que esta religión prohibía la cremación. Los cuerpos de los difuntos tenían que ser enterrados y la falta de espacio obligó a las autoridades parisinas a abrir unas fosas comunes donde se apilaban los cuerpos.
Los catáfilos, caminando por este entramado de túneles, también han dado con unos búnkeres que construyeron los alemanes y la resistencia durante la Segunda Guerra Mundial. El cuartel general de la Fuerza Antiaérea Alemana, situado a 18 metros bajo tierra, estaba en uno de estos refugios con electricidad, bancos y letrinas. Y a unos metros, también en el subsuelo parisino, la Resistencia Francesa tenía su búnker.
En otro tramo del subsuelo parisino, bajo una amplia plaza ajardinada, los catáfilos han hallado una construcción de piedra, dominada por una cúpula, que antiguamente formó parte del primer acueducto de París. Siglos más tarde, se amplió esta obra con canales subterráneos y un sistema de acueducto dando lugar a una de las redes de alcantarillado más modernas del mundo. Esta maravillosa construcción moderna ayudó a combatir enfermedades contagiosas como el cólera o la peste, que en esos años acababan con millares de vidas.
Bajo París también podemos encontrar auténticas galerías de arte Contemporáneo. En los últimos 20-30 años los artistas parisinos han llenado de graffitis las paredes que cavaron los romanos. Uno de los movimientos artísticos más activos en estos túneles es La Mexicaine de Perforation.
Museo de desagües de París
En el subsuelo de París, en unos quinientos metros de galerías, se encuentra el Museo de desagües, donde se muestran desde los primeros desagües de París, construidos por los romanos en el actual barrio de Saint Michel, hasta los últimos inventos para recoger las aguas usadas y posterior tratamiento. Tras estas primeras alcantarillas de los romanos vendría la construcción con albañilería de otro desagüe en la calle Montmartre a finales del siglo XIV y los parisinos tuvieron que esperar hasta el siglo XIX para que Haussman, un funcionario público que trabajó junto a Napoleón III para llevar a cabo la renovación de París, levantara en el subsuelo parisino una red de desagües moderna.
Esta exhibición también enseña un gran número de maquetas, maquinarias e inventos como la “boule de curage”, que servían para eliminar del agua los restos sólidos como la arena. Se accede a estas galerías, recientemente acondicionadas para los tours, por el Pont de l’Alma, face au 93 quai d’Orsay. Está abierto de sábado a miércoles y se puede optar por realizar una visita guiada o libre.
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