El verano ha terminado, pero eso no significa que también las vacaciones. Convierte cada fin de semana en una escapada única. Deja la ciudad y no mires atrás, urbanita.
Cualquier época es buena para hacer turismo y el otoño tiene un encanto especial. Solo tienes que cambiar el bañador por la chaqueta. Es una estación óptima para conocer el entorno rural antes de que haga demasiado frío. Además, este tipo de escapadas son el respiro perfecto tras una semana de ajetreo en la ciudad. Relax, aventura o enoturismo… Elige tu plan perfecto entre estas propuestas y deja atrás el estrés.

Retiro rural, descanso asegurado
Las casas rurales siempre son una buena opción para estar en contacto con la naturaleza. Contrata una para toda tu familia y amigos o comparte estancia en un hotel rural. Una vez allí, tienes planes para todos los gustos. Otoño es tiempo de setas, puedes realizar rutas micológicas en la Sierra de Gredos, caracterizada por la variedad de hongos que crecen en su suelo y por paisajes montañosos con lagos y riachuelos. O anímate con el senderismo por el Caminito del Rey, en Málaga. Es de los más punteros desde su renovación en 2015. Se trata de un paso peatonal construido en el desfiladero de Los Gaitanes, junto a El Chorro.

El del río Segura es toda una atracción de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas. Para disfrutarlo, dirígete a Fuente Segura, en Jaén, a 500 metros de Pontón Bajo, en la región de Santiago-Pontones. El nacimiento está a 1.400 kilómetros de altitud y brota de un río subterráneo que, cuando llega al exterior, crea una poza natural. El manantial del Segura posee un área recreativa con mesas y barbacoas, así que puedes aprovechar para comer al aire libre. Después, sigue su curso aguas abajo a través de su valle y alójate en El Nacimiento, una casa rural con encanto.
Si viajas en familia, los niños disfrutarán mucho viendo animales en entornos naturales como el Parque de la Naturaleza de Cabárceno (Cantabria). El mejor safari sin pisar África este año cumple su 25º aniversario. Una extensión de 750 hectáreas en la que cerca de cien especies de animales de los cinco continentes viven en semilibertad.

En busca del descanso… ¡o de la aventura!
Masajes, terapias termales y un sueño reparador. Para quienes buscan el descanso total lo mejor es un hotel rural con spa. Las Caldas Villa Termal, a diez kilómetros de Oviedo, aúna el paisaje verde asturiano con un alojamiento cuatro estrellas. Un histórico balneario de 1776, obra del arquitecto Ventura Rodríguez. Fue lugar de reposo de personajes ilustres como Sagasta, presidente del Gobierno en 1892, y escenario de películas como ‘La Regenta’ o ‘Historia de un beso’. Su oferta termal mezcla la tradicional Casa de Baños con las tecnologías e instalaciones más novedosas. Después de un masaje, cálzate las zapatillas y haz una excursión por los alrededores para descubrir tesoros como el Castillo de Priorio, oculto por la vegetación. O apúntate a las rutas que te ofrecen en bici o kayak. Los días de descanso también pueden emplearse para descargar la adrenalina acumulada durante la semana. Un buen desafío es el circuito multiaventura del antiguo puente de Murillo de Gállego en Huesca: escalada, rapel, tirolina que atraviesa el río y tiro con arco, hasta completar un circuito.

Enoturismo, la propuesta que nunca falla
La Rioja es tierra de vinos y en torno a ellos se ha creado toda una modalidad de ocio: el enoturismo. La mejor época para practicarlo es el otoño, tiempo de vendimia. No importa que no te guste el vino, porque la experiencia es muy completa. Puedes pasear por las vides, incluso a caballo. O verlas desde un punto de vista más alto, en globo aerostático. Descubrir el proceso de fabricación de los caldos también es muy interesante: desde que se recolecta la uva, pasando por las barricas donde maduran, hasta su embotellado. Pero el momento cumbre la visita a cualquier bodega es la cata, por supuesto. El sumiller enseña a oler el vino, a saborearlo y a distinguir entre aromas como el afrutado o amaderado, sin faltar el maridaje con la gastronomía autóctona. Existen muchas bodegas en la región con denominación de origen Rioja, pero la de Marqués de Riscal (en la Rioja Alavesa) destaca entre el resto. Se fundó en 1858 (es la más antigua de Álava), está en Elciego y entre hileras de vides sobresale un edificio metálico ondulante que parece el mismísimo Museo Guggenheim de Bilbao. Y con razón, porque es una obra más de su creador, el arquitecto canadiense Frank Gehry.

Alberto Loyo / Shutterstock.com
Todo el complejo de bodegas se conoce como Ciudad del Vino y la emblemática construcción de titanio alberga un hotel de cinco estrellas y dos restaurantes donde no falta el vino: 1860 Tradición y Marqués de Riscal, galardonado con una estrella Michelin. El turismo rural no está reñido con un descanso de lujo. Y brindar con un buen vino, tampoco.