Un pequeño pueblo de pescadores es el escenario de las novelas de Camila Läckberg. La escritora sueca centra en un puñado de calles rodeadas por el mar sus intrigas, asesinatos y misterios.
“La pesca de la langosta no era lo que había sido en otro tiempo. Antiguamente, los que trabajaban duro para capturar el marisco negro eran pescadores profesionales. Ahora, en cambio, eran los veraneantes quienes, durante una semana, pescaban langostas para satisfacción propia y exclusiva.[…]Cuando el cadáver pálido, exánime y empapado cayó de golpe sobre la cubierta, perdió el aplomo. Había sacado del agua el cuerpo sin vida de una menor, una niña, con los largos cabellos adheridos al rostro y los labios tan violáceos como los ojos, que ahora se clavaban invidentes en el cielo.”

Así comienza y termina la primera página de la novela “Las hijas del frío” de Camilla Läckberg, la escritora de mayor éxito en Suecia y una de las más cotizadas figuras literarias de Europa. Pero sus libros tienen una curiosidad, se ambientan en Fjällbacka, el pueblo costero donde Camilla nació y se crió hace ahora más de 30 años.
Esta pequeña comunidad de pescadores está situada a unos 140 km al norte de Gotemburgo y ahora, además de ser un idílico lugar cargado de historia, es sin duda, el lugar más novelesco de toda Suecia.

Todo comenzó con “La princesa de hielo”, cuando el matrimonio que protagoniza sus historias: Erica Falck-escritora- y Patrick Hedström-detective-se mudan a Fjällbacka después de que Erica heredara la casa de sus padres. Todo lo que se suponía iba a ser una idílica vida se tuerce cuando aparece muerta una amiga de la protagonista. Lo que rodea a este “Fago sueco” se va tornando cada vez más turbio y atractivo a medida que Camilla va publicando volúmenes. En “Los gritos del pasado” la víctima es una turista y el problema un fanático religioso, en “Las hijas del frío” Camilla nos muestra sin anestesia la muerte de una niña, y así hasta 6 historias distintas con un mismo escenario.
A las novelas de Lackberg se une ahora su versión televisiva, multiplicando la audiencia y los turistas que visitan cada año Fjallbacka. “Los crímenes de Fjällbacka” está compuesta por cinco episodios y es fiel al espíritu de la saga en la que se basa (en España emite Canal + pero que os podéis bajar de cualquier página al uso). Está protagonizada por Claudia Galli, en el papel de Erica, y Richard Ulfsäter como su marido Patrik. Se trata de una producción de Tre Vänner, encargada también de ‘Wallander’ la adaptación para televisión de la conocida saga de novelas de Henning Mankell sobre el policía Kurt Wallander protagonizada por Kenneth Branagh.

Todas son novelas sin artificios, que se beben como el agua y que refrescan las noches de verano. Al estilo de Agatha Christie se centran en hacer un retrato de la sociedad de Fjällbacka y una descripción costumbrista de sus habitantes. Si Läckberg sigue el ritmo marcado hasta ahora de muertos por libro, debería escribir 500 para acabar con los 1000 habitantes del municipio, lo cual serían buenas noticias para sus fans y algo peores para los residentes de Fjällbacka.
El nombre del pueblo deriva de la cercana montaña Fjället, y se fundó en el siglo XVII. Es famoso en todo el país por sus calles adoquinadas, sus casitas de pescadores rojas y el marisco, de excelente reputación internacional. Fjällbacka tiene mucho para ofrecer a los visitantes, incluyendo un bello archipiélago, mariscos frescos y un número de islas que son perfectas para explorar en kayak. Durante el verano miles de turistas visitan Fjällbacka mientras que el resto del año, su población no llega al millar. A pesar de su reducido tamaño hay hoteles, cafeterías y tiendas.
Si hay un pescado que se identifique con Fjällbacka ese es el arenque. Gracias a su abundante pesca, a mediados del siglo XVIII la economía creció como la espuma y la población avanzó rápidamente. De hecho, en una descripción que se hizo sobre la costa oeste de Suecia (Bohuslän, como se la conoce en sueco) Fjällbacka era descrita como la mayor comunidad de pesca de la región. Fue en Fjällbacka donde el propietario de una fábrica de conservas inventó el popular arenque sazonado, más conocido como anchoa.

La actriz, Ingrid Bergman, a menudo visitaba Fjällbacka durante sus estancias en Suecia. A partir de 1958, pasó muchos veranos en la isla de Dannholmen, al oeste de Fjällbacka. Después de su muerte en 1982, sus cenizas fueron esparcidas en las aguas que rodean esta isla, y una estatua fue erigida en la plaza del pueblo que también lleva su nombre.
Algunos rincones novelescos
“Los gritos del pasado” arranca con un pequeño muchacho que encuentra el cuerpo de una mujer muerta. Debajo del cuerpo no solo hay uno sino dos cadáveres. La escena transcurre en un lugar llamadoKungsklyftan (el Desfiladero del Rey). El rey Oscar II visitó Fjällbacka en 1887, aquella presencia real fue todo un acontecimiento, y para que quedase grabada para la historia unos canteros decidieron grabar el nombre del monarca en la montaña Veddeberget, en cuya cara norte se encuentra el desfiladero identificado con la visita del rey y que sirve de contexto para esta novela de Lackberg.

Otro escenario es la Iglesia de Fjällbacka. Construida en 1892, en su cementerio una lápida homenajea a los soldados alemanes de la primera guerra mundial. A Camilla le fascinaba aquella tumba. Cuando preparaba su novela “Las huellas imborrables”, encontró en ella la inspiración para poder escribir su quinta novela. El templo está construido de granito rojo, una variedad única que sólo se encuentra en Bohuslän. Su fachada es una prueba de artesanía excepcional.
Järnboden es la ferretería del pueblo. Hasta aquí nada extraño, pero claro, cuando Camilla la menciona en dos de sus novelas ( “Las hijas del frío” y “Crimen en directo”) un simple almacén se convierte en famoso. Bueno, por eso y porque allí han comprado material desde pescadores locales hasta la Princesa Carolina de Mónaco que pasaba algunas temporadas con su amiga Ingrid Bergman en Fjällbacka. Y qué curioso, Järnboden está al lado de la plaza Ingrid Bergman, a las faldas de la montaña y con vistas a la bahía.
El verano es un momento ideal para visitar este pequeño y, sin embargo, intrigante pueblo de pescadores, igual que para leer las novelas de Camilla Lackberg. Eso sí, si vas a Fjällbacka no descuides nunca tu espalda y no olvides mirar debajo de la cama antes de cerrar los ojos. Nunca se sabe.
Me gustó mucho la serie para ponerle paisajes a la novela. Está llena de localizaciones muy bonitas. Es un sitio al que sin duda me gustaría viajar.
Saludos.