Son muchos los elementos que nos hacen decantarnos por un destino concreto a la hora de viajar: el clima, la cultura, la gente, la comida y los precios son factores decisivos. La ciudad alemana de Múnich es un destino que reúne todos los requisitos: encontrar un hotel a buen precio es posible, y se encuentran varios vuelos a Munich desde España, baratos y sin excesiva duración, tanto con agencias lowcost como en primera clase. Todo esto, unido a unas vistas increíbles de una ciudad medieval rodeada de llanuras verdes y con los Alpes de fondo, hace que cualquier excusa sea buena para hacer una escapada a Munich, aunque hay algo que destaca todavía más si cabe: la gastronomía. Los amantes de la cerveza encuentran aquí su paraíso terrenal en los jardines de la cerveza, donde además se sirven ricos platos consistentes que hacen las delicias del paladar. A continuación enumeramos los mejores sitios para disfrutar de su cocina como un buen bávaro.

Vueltas por los Biergärten
Llamados «jardines de la cerveza», son literalmente jardines en los que hay largas mesas de madera entre castaños. Nacieron a principios del siglo XIX, cuando el rey Luis I permitió que las bodegas junto al río Isar vendieran directamente su cerveza recién fabricada, para que se pudiera mantener al fresco. Las bodegas establecieron en las laderas del río estos bancos y mesas en los que los clientes podían degustar su bebida, pero, eso sí, sin servicio de comidas. Así, la antigua tradición permitía traer alimentos de casa, entre ellos el rábano, que en compañía de la cerveza adquiere un toque especial.
A los Biergarten se puede acudir con todo tipo de ropa, aunque los auténticos bávaros visten “Lederne“, los tradicionales pantalones de cuero, y las mujeres llevan el típico Dirndl. Hoy en día, los Biergärten son restaurantes en los que se sirve todo tipo de platos bávaros junto con la cerveza de la casa. Actualmente hay unas 30 cervecerías en Múnich, de las que destacan los siguientes:
Hofbräuhaus
En tu viaje a Munich no puedes dejar de visitar la cervecería real. Su historia se remonta a finales del siglo XVI, cuando el Duque de Bavaria Wilhelm V y su corte, poco satisfechos con la cerveza que se hacía en Múnich, tenían que importar la cerveza desde la ciudad de Einbeck. Para evitar esto, el consejo del duque le propuso crear su propia cervecería. Así nació la cervecería por excelencia de la ciudad. Fue a partir de 1828 cuando se permitió la entrada al público en general y, desde entonces, ha sido sede de eventos históricos: en sus salones se forjaron las bases del partido nazi durante las reuniones políticas de un joven Hitler con sus compañeros. Debido a este oscuro pasado, los aliados destruyeron la cervecería durante la Segunda Guerra Mundial. Más tarde fue reconstruida en su antigua sede en Platzl 9, y volvió a convertirse en el lugar de encuentro por excelencia de todo viandante que quiera disfrutar de su ambiente festivo. Entre sus cervezas destacan la Augustiner, la Franziskaner y la Spaten. Para acompañar, nada como una buena Weißwurst (salchicha blanca especiada) o Eisbein (codillo) acompañado de Semmelknödel, albóndigas hechas a base de pan o harina con huevo.

Augustiner Keller
Está considerada como una de las mejores cervecerías de Múnich. Cuenta con 5000 plazas al aire libre para los comensales, con largas mesas en los jardines que permiten disfrutar la mismísima Oktoberfest los 365 días del año. Allí se degusta la suave cerveza Augustiner junto con un buen bretzel o abundantes platos de codillo o carne asada. Se encuentra cerca de la estación de trenes, en Arnulfstraße 52.
Agustiner am Platzl
Para los más religiosos, aquí se vende la llamada cerveza del Papa, ya que Benedicto XVI solo bebía la Augustiner de este lugar. De hecho, esta cervecería no exporta su producto debido al gran éxito del que goza en su ciudad, pero hizo una excepción con el ex Papa, que recibía litros y litros de su cerveza favorita en su sede del Vaticano. Se encuentra justo enfrente de la Hofbräuhaus, en Orlandostraße 5.

Paulaner Bräuhaus
La cerveza Paulaner nació en el siglo XIV bajo el lema “Liquida non frangunt ienum“ (los líquidos no rompen el ayuno), ya que la usaban los monjes para mantenerse en pie tras las duras tareas que realizaban en épocas de ayuno. Al contrario que la anterior cervecería, Paulaner exporta a todas partes. De hecho, su fábrica de Múnich exporta más de dos millones de hectolitros a unos 70 países. Su cerveza turbia de trigo es líder del mercado nacional.

Viktualienmarkt, el mercado por excelencia
El buen clima del sur de Alemania permite que la gente haga vida en la calle de forma intensa. Uno de los mejores paseos callejeros es el del Viktualienmarkt, el famoso mercado de Múnich. Sus coloridos escaparates llenos de productos de toda índole son el paraíso de todo glotón o amante de la buena comida. Este mercado cuenta, además, con una cervecería al aire libre en pleno casco antiguo, lo que la convierte en un diamante en bruto. Inaugurado en 1807 para que los campesinos vendieran sus productos, actualmente cuenta con más de 140 puestos con todo tipo de alimentos, como frutas y verduras, dulces típicos alemanes, carnicerías variadas, pescados y productos gourmet. Es el lugar ideal para comprar los productos autóctonos, como Obazda (crema de queso), todo tipo de Würstchen (salchichas) y los famosos Apfelstrudel (rollos de manzana con canela). Su jardín de la cerveza sirve cada día uno de los seis tipos de cerveza locales a precios baratos: un Maß de cerveza, o sea una jarra de un litro, cuesta 7 euros, mientras que medio litro tan solo 3,30 euros.
K+K Hotel am Harras, la estancia ideal
Para disfrutar al máximo, es primordial encontrar un hotel en Munich acorde a nuestras expectativas. El K+K hotel am Harras es un establecimiento de 4 estrellas con una ubicación privilegiada. Enlazado con el centro de la ciudad por metro y tranvía, y a unos poco minutos del recinto donde se celebra el Oktoberfestwiese, la famosa fiesta de la cerveza que tiene lugar cada año en septiembre.