¿Te imaginas que tu ciudad tuviera un recinto que solo se abriera una vez al año? ¿Te ves disfrutando de música en directo, viendo todo tipo de puestos de venta de las cosas más curiosas, bebiendo el mejor vino y comiendo el mejor queso manchego? Todo esto será posible si te decides a visitar la famosa Feria de Albacete. Declarada de Interés Turístico Internacional, esta festividad, que se celebra siempre del 7 al 17 de septiembre, atrae a gente de muy diversos lugares y ¿cómo no? a los autóctonos de Albacete que, durante estos días, tratan de pasar el mayor tiempo posible en la Feria y en sus alrededores. Tal vez sea porque, como decíamos, el recinto ferial, al que los albaceteños llaman «la sartén» o «los redondeles» solo se abre durante estas fechas.
Puede que sea por el carácter alegre y abierto de sus gentes o por la curiosidad de ver puestos de cacerolas y cuchillos cerca de otros con todo tipo de productos, así como por el hecho de poder estar bebiendo y bailando a cualquier hora del día, y de la noche, pero la Feria de Albacete tiene algo especial y mágico que uno tiene que vivir en persona para comprenderlo.

Por qué debes visitar la Feria de Albacete
En España hay todo tipo de ferias, es verdad, pero pocas son tan originales, amenas, abiertas y divertidas como la de Albacete. Al celebrarse en septiembre, marca un poco el fin del verano y la gente apura en ella el buen tiempo, las terrazas, los bares, las casetas y hasta los puestos de churros y chocolate por las madrugadas porque saben que pronto llegará el frío invierno y todo esto será, prácticamente, imposible.
Los albaceteños viven con gran pasión e ilusión la llegada de la Feria. Los días previos ya se nota en el ambiente que esta se acerca, la gente empieza a hablar de ella, recuerda momentos vividos otros años, comenta qué casetas son sus preferidas, a qué horas o qué días por motivos laborales u otros podrá acudir este año. Se empieza a quedar con amigos, familiares, compañeros de trabajo, con todo el mundo, porque todo el mundo quiere estar ahí durante esas diez mágicas jornadas.
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Las claves de la Feria albaceteña
Darse un viaje a Albacete durante la Feria es garantía de diversión. Debes saber que se celebra en honor a la Virgen de los Llanos y que sus peculiaridades empiezan en el mismo recinto donde se celebra. Este se construyó en 1783, precisamente para albergar la Feria, y está declarado como Bien de Interés Cultural. No es extraño que así sea porque no tiene parangón en el mundo. Es decir, no hay ningún otro lugar que reserve un edificio de tales características tan solo para su fiesta grande. Pero, tal vez precisamente por eso, porque no se puede disfrutar durante el resto del año, los albaceteños viven estos días allí con tanta pasión y con tanta intensidad.

Compra una navaja o un cerdito
Uno de los mayores encantos de la Feria de Albacete es que mantiene sus encantos y sus tradiciones, al tiempo que incorpora todo tipo de novedades como modernas atracciones, carpas con música recién estrenada o conciertos de grandes artistas, sin olvidar, lógicamente, las corridas de toros en la plaza que se encuentra justo al lado de los citados «Redondeles». De este modo, comprar algún producto típico como una navaja, una hucha cerdito con alguna inscripción graciosa, un azulejo de tu profesión o alguna cazuela de barro es todo un placer en este recinto ferial tan original que no querrás dejar pasar.
Prueba los caracoles o el queso frito
Dentro de los Redondeles, además de todo tipo de puestos de venta de los objetos más diversos, encontrarás tascas o bares, muchas veces regentados por asociaciones locales como la Asociación Andaluza, el Partido Anarquista y otras, en las que puedes tomar todo tipo de bebidas y también probar productos típicos como los caracoles, el queso frito, el queso manchego o los Miguelitos, un dulce típico de La Roda, un pueblo cercano a Albacete, pero que se vende mucho durante la Feria.
Queda en el pincho de la Feria
Situado justo delante de la puerta principal, el pincho de la Feria es un gran palo del que salen diferentes luces de colores. Es el punto de quedada por excelencia para los albaceteños durante la Feria. Tomarse una foto en él delante de la puerta es algo, prácticamente, obligado.
Visita la exposición de los cuchillos
En la primera planta del recinto ferial suelen colocar una peculiar exposición de cuchillos albaceteños. Esta localidad es famosa por ellos y por sus navajas y la verdad es que te impresionará lo que podrás encontrar ahí.

Disfruta de la Cabalgata de Apertura
Si llegas el primer día de la Feria, debes ver la famosa Cabalgata de Apertura. En ella desfilan diversas carrozas creadas por todo tipo de grupos y asociaciones albaceteñas. Además, está amenizada con charangas y es habitual que la gente salga con el traje típico manchego.
Baila en las casetas o en los Redondeles
Ir a la Feria de Albacete y no entrar a las casetas a bailar o pasarse por la zona de los Redondeles donde todo el mundo está de fiesta, prácticamente, durante todo el día es algo imperdonable. Aquí, curiosamente, los mojitos suelen ser la bebida estrella, aunque también el vino blanco o la cerveza.
Quédate en los mejores hoteles en Albacete
En Viajes Carrefour contamos con los mejores hoteles para alojarte durante la Feria de Albacete. De este modo, el Chess Hotel Europa es una de las mejores opciones para visitar la Feria. Además, se encuentra en pleno centro de la ciudad, por lo que podrás descubrir también el resto de encantos albaceteños.

Otra gran opción es el Hotel Castilla, en pleno parque Lineal, también excepcional para visitar tanto la Feria como el resto de la ciudad de Albacete.
Como puedes ver, una visita a la Feria de Albacete te cautivará y hará que quieras volver a ella un año tras otro. Empieza por este mismo y prepárate para la máxima diversión.