Es la ciudad más poblada del país y probablemente la más diversa cultural y económicamente del mundo; también admito desde ya que es humanamente imposible elaborar una lista de todo lo que tienes que ver la primera vez que viajes a Nueva York.
Pero ten fe y no dejes de leer este artículo porque he intentado que, al menos, tengas las actividades y visitas imprescindibles para disfrutar una primera visita a Nueva York. Algunas te parecerán más que imprescindibles, repetibles, porque con lo cambiante que es esta ciudad ¿de verdad vas a viajar a Nueva York una sola vez en la vida?

Nueva York sobre el papel: orientación básica
Antes que nada, antes de empezar con las visitas, hay que situarse. Lo que tú y yo (antes de ir) conocemos como Nueva York suele limitarse a la imagen de rascacielos de Manhattan, concretamente a la parte centro y sur de la península en la que se haya. Pero Nueva York se expande más allá y consta de cinco entidades que podemos asimilar a los concejos (buroughs en su denominación anglosajona: Manhattan, Brooklyn, Queens, Bronx, Staten Island) algunos más turísticos que otros, algunos más caros que otros y algunos residenciales y sin rascacielos.

La red de metro y ferri (si, ferri) cubre los principales puntos de interés para un turista. De hecho viajar en metro es una experiencia en sí misma, tengas en tu ciudad de origen metro (las comparaciones pueden ser odiosas) o no. Tenlo en cuenta a la hora de reservar tu hotel, porque cuanto más céntrico esté, más caro será (y en Nueva York, caro es realmente caro) así que a lo mejor un trayecto de 15 minutos en metro supone un buen ahorro en el precio por noche si no te importa no alojarte a un paso del centro.
En un primer viaje a Nueva York, si me haces caso, te concentrarás en moverte y hacer visitas en la zona de Manhattan, con escapadas puntuales a alguno de los otros concejos. No olvides meter en la maleta unos zapatos cómodos.
Nueva York desde las alturas: los mejores miradores

En una ciudad de rascacielos hay tres desde los que recomiendo tener una primera impresión de la ciudad, y quedarse asombrado con su magnitud y la sensación de tener a nuestros pies un bosque de cemento y cristal.
El más reciente es el One World Trade Center, erigido en el lugar donde estuvieron las Torres Gemelas hasta que se derrumbaron tras los ataques terroristas del 11S, que en sus plantas 100 a 102 alberga el One World Observatory. Recomendable, al hilo de lo anterior, visitar el Monumento a las víctimas del 11S.
El más clásico es el Empire State Building, un edificio icónico de la ciudad de Nueva York (aunque el precioso Chrysler Building – desde donde se arrojaba Will Smith para retroceder en el tiempo en “Hombres de Negro 3”- le sigue de cerca), con dos observatorios en los pisos 86 y 102.
El que yo prefiero como primera opción es el Top of The Rock, en el majestuoso Rockefeller Center. Central Park y el centro de Manhattan son dos de las perspectivas más demandadas desde cualquiera de sus tres observatorios. Desde el que se encuentra en el piso 70, sin cristales, obtienes las mejores fotos del Empire State Building.
Nueva York cultural: los mejores museos

Donde hay dinero hay filántropos, y donde hay filántropos hay museos y en Nueva York hay mucho dinero, no por algo tiene no uno sino dos mercados de valores. Volviendo a los museos, de entre todos los de Nueva York, estas son mis recomendaciones para todos los gustos.
El Museo Guggenheim de Nueva York, el primero de los varios que hay por el mundo, fue diseñado por Frank Lloyd Wright y le pasa casi como al de Bilbao: hay división de opiniones sobre si el recipiente es un prólogo al contenido o si el envoltorio es más bonito que el regalo. Como al que tenemos en España, merece la pena visitarlo ya sólo por el edificio y su diáfano interior con una rampa que lo recorre en varios niveles, pero comprueba en su página web las exposiciones del momento y a lo mejor tienes ya dos razones para ir.
El Met (Metropolitan Museum of Art pero abreviado para ahorrar saliva) contiene casi tanto arte egipcio como el Museo Británico y no le envidia nada en pintura a muchos museos europeos. Además cuenta con un edificio (en otra ubicación, tal vez más apropiado visitarlo en otro viaje) llamado “El Claustro”, construido a base de auténticas piezas de monasterios traídos de Europa.
El acrónimo MOMA corresponde al Museo de Arte Moderno (Museum of Modern Art) y las masas de adoradores del arte, o simplemente curiosos, encontrarán en él también arte contemporáneo. Yo destacaría la oportunidad de ver tres obras mundialmente famosas de tres pintores europeos universales bajo un mismo techo: un Picasso (“Las señoritas de Avignon”), un Van Gogh (“La noche estrellada”) y un Dalí (“La persistencia de la memoria”)
El Museo del Espacio, Aire y Mar Intrepid tiene una peculiaridad que le hace entrar en este listado con mérito propio y es su ubicación. Se encuentra amarrado en el puerto de Nueva York porque el “edificio” es el USS Intrepid, un portaaviones de la Armada que sirvió en combate en la II Guerra Mundial, en Vietnam y que recogió a las tripulaciones de varias misiones espaciales. Ideal para niños y adultos con una multitud de fotografías, paneles de información y, sobre todo aviones y helicópteros civiles y militares entre los que hay un Concorde y una Lanzadera Espacial. Y un submarino.
Nueva York de cine: iconos de la pantalla
No me refiero a las estrellas de cine o televisión que te podrías encontrar en la ciudad, sino a que la sensación de estar en un plató de cine es una constante en una visita a Nueva York. Para aumentarla, con una sonrisa, no dejes de hacer estas visitas y actividades.

Times Square. El equivalente de la Puerta del Sol en Madrid el 31 de Diciembre, el resto del año de día podrás ver lo pequeña que es la plaza, pero que resplandece con luz propia cuando se encienden las luces de su miriada de carteles y emplazamientos publicitarios. Se ha convertido en destino turístico tan obvio que incluso hay unas gradas en la acera para que te sientes a asimilar que sí, que estás ahí.
Wall Street. No podrás entrar a ver la frenética actividad del parqué, pero sí fotografiar el exterior del edificio de principios del siglo pasado en el que se mueven billones de dólares por lo que no deja de ser la apuesta de si un valor sube o baja. En el Distrito Financiero acércate a ver la famosa estatua del toro a punto de cargar (de tu mano queda si te fotografías en su parte trasera, donde dos grandes razones dejan claro que no es un buey) y, al menos durante un año más, la pequeña estatua de la niña sin miedo frente a él.

Estatua de la Libertad. Fue un regalo del pueblo francés (¿hay alguien que no lo sepa?) a finales del siglo XIX y “La Libertad iluminando al Mundo”, que es su nombre completo conmemora el centenario de la Independencia de los EEUU. La isla en que se encuentra no es la única que debéis visitar, pues muy cerca está Ellis Island, un símbolo de la inmigración que construyó este país al ser el punto donde se recibía a quienes llegaban en barco buscando un futuro mejor. Si tú buscas subir al mirador en la corona de la cabeza, compra con antelación, con mucha antelación las entradas.
Ferri a Staten Island. Una forma gratuita y distinta de ver Manhattan y la Estatua de la Libertad en Liberty Island es tomando el ferri a otra isla, Staten Island. Son sólo 25 minutos de trayecto pero se calcula que los 7 buques que pueden hacer el servicio transportan a 70.000 personas a diario. Que me perdonen los de turismo, pero para una primera visita a Nueva York, Staten Island no es un destino en sí mismo así que la mayor parte de los turistas hacen un trayecto de ida y vuelta casi en el mismo barco. Si me permitís el consejo, no lo hagáis: salid de la terminal, girad a la derecha, caminad hacia el monumento en forma de alas y dedicad unos minutos a repasar los perfiles y nombres de los 274 residentes de la isla que murieron el 11S.
Central Park. Gratuito y abierto 19 horas al día (sólo cierra desde la 1am a las 6am), el parque más famoso del mundo es precioso en cada estación del año. Si, incluso cuando caen las hojas de sus árboles no perennes. Seis oficinas de información se reparten a lo largo de las 341 hectáreas de lagos, riachuelos, césped, árboles y prado del mayor pulmón verde de la mayor ciudad de Norteamérica.

Puentes de Nueva York. Desde el siglo XIX se han tendido más de 60 puentes en la ciudad de Nueva York, repartidos entre sus distintos buroughs (o concejos) pero sólo un verdadero y fanático aficionado a los puentes se marcaría cruzarlos todos como objetivo personal. El común de los mortales se conformará con visitar, cruzar o ver de lejos a los más famosos, como el George Washington (que une Nueva York con Nueva Jersey), el de Williamsburg (que une el este de la parte baja de Manhattan con el barrio del que lleva su nombre en Brooklyn), el de Manhattan (que une la isla con Brooklyn al sur del puente anterior) o el muy fotografiado y recorrido puente de Brooklyn (donde los ciclistas no toleran invasiones de su carril por los despistados peatones).
Grand Central Terminal. Tiendas, restaurantes y un mercado coexisten con 44 andenes y 67 vías en la centenaria estación de Grand Central, pero este magnífico edificio es un punto adicional de interés por su magnífico vestíbulo, el lugar donde se cruzan todos los caminos e historias que pasan por aquí a diario. No te olvides de colocarte junto a una de las columnas bajo el Oyster Bar y susurrar algo, porque se escuchará perfectamente en la columna del lado opuesto (es la Galería de los Susurros, diseñada por un arquitecto valenciano).
Nueva York de experiencias: helicópteros, espectáculos y tours
Si con todo lo anterior aún te quedan huecos en la agenda en tu primera visita a Nueva York, me he rascado la cabeza y se me han ocurrido algunas actividades que pueden llenarlos.
Un paseo en helicóptero. Se que no es apto para todos los bolsillos pero si hay un sitio donde las vistas desde el aire merezcan la pena es una ciudad de rascacielos y Nueva York es la ciudad de rascacielos por excelencia (lo siento, Hong Kong). Desde unos 250 USD por apenas 15 minutos hasta los más de 2.000 USD que se gasta quien se declare a su pareja sobrevolando la ciudad, hay un presupuesto para cada gusto,
Un tour en barco. Ya os he hablado del ferri de Staten Island, que es gratuito y sigue una ruta lineal, pero existen varias compañías privadas que ofrecen viajes en barco por el Hudson y el Río Este. Los precios comienzan en unos 30 USD según la ruta, el tiempo, la hora (¡oh, qué bonito ver la puesta de sol sobre las olas!) y hasta el tipo de barco.
Un espectáculo en Broadway. Lo fácil es elegir entre las funciones que se representan en Broadway, lo difícil es conseguir entradas. Si lo tuyo no es pasar por la taquilla del edificio, en algunos casos hay sorteos de entradas, en otros aplicaciones de móvil que ofrecen chollos de último minuto y en otros el recurso a los puestos de venta de TKTS y sus descuentos. Pero como de las maneras anteriores o las obras no son las más demandadas o los asientos están entre los menos buenos, tal vez lo tuyo debería ser pasar por taquilla.
Las mejores vistas de Manhattan. Un medio secreto a voces es que las mejores vistas de Manhattan son gratuitas. Las encontrarás en Brooklyn, entre el parque de Brooklyn bajo el puente homónimo y el Muelle 6. Elige las que más te gusten entre los 2 kilómetros de cuesta y siéntate a contemplar cómo cae la noche y se encienden las luces de la ciudad que nunca duerme.
Nueva York ha sido destruida por monstruos, alienígenas, olas gigantes y meteoritos, ha sido escenario de tiroteos de Bruce Willis y de las paranoias depresivas de Woody Allen pero también el marco de incontables historias de amor. Cuando visites Nueva York por primera vez, te sentirás como un extra en una película y espero que estas recomendaciones te ayuden para que sea divertida.