Viajar a Tailandia es ir al país donde comienza y acaba el mundo para muchos turistas. Con una capital, Bangkok, con más de 8 millones de habitantes que conviven entre rascacielos, mercados tradicionales, templos budistas y turistas, muchos turistas, un viaje a Tailandia se ha convertido en uno de los objetivos más codiciados por los amantes de los destinos internacionales.

Por eso es habitual programar una ruta especial por ese país -que incluye vuelos a Tailandia-, en la que visitarás la provincia de Krabi, un paraíso que aún no se ha masificado y tiene para todos los gustos.
Un país de ensueño
Pero vamos por partes, los motivos para viajar a Tailandia son muchos:
– Posee multitud de templos, unos 400 solo en Bangkok, con arquitectura basada en colores brillantes, como el Templo del Buda Dorado, el del Buda Recostado o el del Buda de Esmeralda.

– Sus mercados: en ellos puedes encontrar de todo y siempre regateando. Eso sí, suelen estar llenos de gente.
– Los masajes: sí, es cierto, los masajes son increíbles. Pero el verdadero masaje tailandés duele. Así de sencillo. Si necesitas que bajen la intensidad del masaje solo tienes que decir bao-bao.
– La comida: la razón por la que muchos turistas hacen viajes. La gastronomía siempre tiene un toque picante. Además, se combinan numerosas especias en un mismo plato y puedes amarlo desde el primer instante, tanto si vas a un restaurante en forma, que los hay, y muy buenos, como si pruebas lo que te ofrece un puesto callejero. Por ejemplo, prueba el «Khao Niaow Ma Muang», un arroz con mango y de consistencia pegajosa. Es el postre más famoso del país.
– Las noches de la capital: cualquier lugar es bueno para la marcha, desde terrazas ubicadas en rascacielos hasta furgonetas con barras y música. Todo eso se acompaña de numerosos espectáculos culturales nocturnos.
– Paisajes espectaculares: un ejemplo es el Parque Nacional de Khao Sok, ubicado en la provincia de Surat Thani, con unos parajes que te quitarán la respiración.

– Por las playas impresionantes: aquí destacan las playas de la península de Krabi o las de la isla de Phuket, la cual está repleta de turistas.
Siguiente parada: Krabi
Después de llegar a Tailandia y visitar un poco Bangkok, la siguiente parada recomendada es la provincia de Krabi, con apenas 25.000 habitantes. Ubicada en el sur del país, la ciudad es famosa no por sus playas, sino por ser paso obligado para llegar a Ao Nang, un espectacular nido de playas increíbles, y la Bahía de Railay, entre otras islas dignas de una visita.
Cómo llegar a Krabi
A 7 km de la ciudad se ubica un aeropuerto que recibe vuelos desde Bangkok con Airasia o Bangkok Airways. Una vez llegas al aeropuerto de Krabi, puedes ir en taxi o en autobuses o furgonetas. Este transporte puede llevarnos a Krabi para conocerla un poco o llevarnos directamente a Ao Nang.
En la provincia puedes visitar el Parque Nacional de Khao Phanom Bencha, con una extensión de 50 km2 y una montaña cubierta por una selva espectacular. El punto más alto es el pico Khao Phanom Bencha.
Ao Nang toma la estafeta
Ao Nang se ubica a 15 minutos de Krabi. Se trata de un pueblo turístico, lleno de servicios enfocados precisamente a atender a los visitantes que llegan de todos los países del mundo. Por ejemplo, en la pequeña población hay hoteles, muchos hoteles, restaurantes, tiendas de souvenirs, masajes, agencias de viaje y un largo etcétera.
Este lugar no destaca por tener una de las mejores playas del mundo, ni por ser el pueblo más pintoresco. Ao Nang destaca por ser punto de origen para llegar a lugares magníficos como Koh Phi Phi, Koh Lanta, Phuket o, como dijimos, Railay. También es un buen lugar para reponer las pilas y descansar antes de dichas visitas.
Y por fin… Railay
La ruta tiene su momento álgido al llegar a la pequeña península de Railay, un lugar de belleza única que no puede ser visitado por tierra. La única manera de llegar hasta él es por barco y evitando las formaciones kársticas que protegen el lugar.
Sin duda, el encanto de Railay está en sus playas. Se compone de cuatro, todas ellas conectadas a pie: Railay Oeste, Este, Phra Nang y Ton Sai. Una escapada sugerida es la visita de estas cuatro playas, por supuesto. Por ejemplo, Phra Nang es la más pequeña de todas y posee una cueva, la famosa «cueva de los penes», símbolo del turismo de la zona. Además, para los amantes de la aventura, se puede realizar escalada en sus cortados. Hay más de 700 rutas para escalar en la zona. Las fotografías que pueden salir de este paisaje pueden ser sublimes.

Para un turismo más ligero, tipo mochila, Ton Sai es la mejor opción. Puedes llegar a ella desde Railay Este o Railay Oeste. La playa es muy bonita y escasea en hoteles de lujo. Quizás por eso el turismo que más destaque es el mochilero. De todas formas, hay bungalós en los que te puedes quedar a dormir.
De estas cuatro playas, la más famosa es Railay Oeste o Railay Beach. Está rodeada por acantilados con unas aguas preciosas, limpias y color de arena suave.
En las playas de Railay se pueden hacer diversas actividades, como alquilar kayaks para darse una vuelta por la zona, hacer deportes como la escalada, la natación o el buceo. Entre la playa de Railay Este y Phra Nang, hay un camino hacia arriba que pasa por un acantilado. Tras varios obstáculos llegarás a un mirador de la península de Raily digno de fotografiar. De bajada, puedes tomar otro camino hacia un lago de agua dulce, y si tienes suerte puedes encontrar monos en el camino. ¿Te animas?
Como puedes comprobar, realizar un viaje a Tailandia y a la provincia de Krabi es casi una obligación para aquellos aventureros de los destinos internacionales. Y, aún más, si necesitas olvidarte de la rutina y vivir unos días de ensueño.