Con este artículo sobre qué ver en Milán en 3 días, queremos ayudarte a que visites esta impresionante ciudad sin perderte ningún detalle y que aproveches al máximo el tiempo que tienes en ella.
En los dos primeros días vas a poder conocer algunos de los lugares más famosos y destacados de la ciudad, como son la catedral (il Duomo), la galería Vittorio Emanuele II, los barrios de Brera y Navigli o el cementerio monumental. Dejamos para el tercer día una excursión para poder admirar las maravillas naturales que alberga la zona, donde conocerás los Alpes, el lago Como, o Cinque Terre.
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Algunos consejos para conocer Milán en 3 días
Para aprovechar el tiempo al máximo, te vamos a dar unos consejos muy útiles para que prepares tu viaje y puedas conocer Milán en 3 días.
- Elige un alojamiento que te permita moverte por la ciudad sin perder demasiado tiempo. Te recomendamos elegir alguno cerca de la Estación Central de Milán o bien, en el centro. Si estás planeando tu viaje con tiempo, encontrarás mejores precios. No lo dejes para el último momento.
- Para llegar a la ciudad desde el aeropuerto tienes varios medios de transporte, tanto si llegas desde Bérgamo como si lo haces desde Malpensa. Milán es una ciudad bien conectada mediante tren, autobús o taxi. Si eliges esta última opción, te recomendamos reservarlo con antelación para evitar sorpresas.
- Una muy buena opción es adquirir la tarjeta Milanocard, que te permite usar el transporte público por 6,5 € y que da acceso a algunos descuentos interesantes para las principales atracciones milanesas.
- En Milán hay algunas guías gratis que puedes reservar para conocer la ciudad. Además, algunos de estos free tour son en español.
- El bus turístico te hace un recorrido por los principales atractivos de la ciudad de forma rápida y sin que te canses. Si el viaje se te ha hecho pesado, es una buena opción para las primeras horas.
- En Milán se puede pagar con tarjeta en casi todos los sitios, por lo que no será necesario que cargues con mucho efectivo. Ten algunos euros a mano por si quieres comer en la calle y para un par de detalles más.
- Intenta reservar visitas guiadas en español para los principales atractivos.
Día 1 en Milán
Comenzamos el itinerario por la ciudad en la Piazza del Duomo, donde podremos regalarnos la vista con su espectacular catedral y con la galería de Vittorio Emanuele II.
El Duomo es impresionante por fuera y por dentro. Te recomendamos entrar y aprovechar de subir a su terraza, desde la que podrás disfrutar de unas vistas increíbles de la ciudad.
Después, te proponemos atravesar la galería Vittorio Emanuele II, un centro comercial en el que encontrarás tiendas de las marcas más elegantes y agradables restaurantes con terraza. Además, es un edificio del siglo XIX formado por dos arcadas dispuestas de forma perpendicular con una bóveda de hierro y vidrio.
Tras atravesar la galería, nos plantamos delante del teatro de La Scala, tan famoso que no necesita presentación y que podrás visitar de forma guiada en español, previa reserva. También puedes comprobar la programación y aprovechar para ver alguno de sus espectáculos.
Nuestra siguiente parada la haremos en el Quadrilatero d´Oro, el barrio más exclusivo de la ciudad, con tiendas de lujo y edificios señoriales. Caminando por él, llegamos al Castillo Sforzesco, otro de los imprescindibles de la ciudad.
A la hora de comer, podemos elegir entre sentarnos en un restaurante, o algo tan auténtico como comprar un panini en el Chiosco Squadre Calcio y sentarnos a comerlo en el Parque Sempione. Desde allí, bajaremos caminando al Arco della Pace para subir a la Torre Branca, desde la que las visas de la ciudad son impresionantes.
Reservamos para la tarde, la visita a Santa Maria delle Grazie, una iglesia en la que encontramos La última cena, una de las grandes obras de Leonardo da Vinci. Es necesaria reserva previa para poder ver el fresco, así que tenlo en cuenta.
Si te sobra tiempo, te proponemos visitar la basílica de San Ambrosio, donde descansan los restos del patrón de la ciudad.
Y para terminar el día, puedes dar un paseo relajado por la Piazza Mercanti, en la que se encuentran algunos edificios interesantes, y donde podrás pensar en cenar una pizza y comer un helado antes de volver a tu hotel. Si te quedan fuerzas, ll Duomo es espectacular iluminado por la noche.
Día 2 en Milán
Tras un merecido descanso, empezamos el segundo día visitando el Cementerio Monumental, un auténtico museo al aire libre en el que te impresionarán sus grandes mausoleos y tumbas.
Cerca del cementerio está la Piazza Gae Aulenti, elevada varios metros sobre la calle y en la que se ubica la Unicredit Tower. Es un buen lugar para disfrutar de las vistas de la ciudad y hacer unas magníficas fotos.
Después, ponemos rumbo al centro de la ciudad. De camino, llegaremos a Brera, uno de los barrios con más encanto, lleno de galerías de arte, cafeterías y tiendas. En este barrio está uno de los imprescindibles de nuestro viaje, el Corso Como, un espacio para diseñadores con una preciosa librería y una terraza que debemos visitar.
Si ya empiezas a notar hambre, te recomendamos el Nabucco o el Taglieri e Bicchieri, dos restaurantes que no te dejarán indiferente.
Después de comer y descansar un poco, visitaremos la iglesia de San Maurizio y el Monastero Maggiore, con unos frescos del siglo XVI que son una delicia.
Te recomendamos, también, pasar por la Pinacoteca Ambrosiana, que está muy cerca de la iglesia.
Algo más alejada, se encuentra la iglesia de San Bernardino alle Ossa, pero es una visita que no puedes perderte, ya que tiene una macabra decoración hecha con huesos humanos.
Este segundo día está pleno de visitas a iglesias, y es que, en esta ciudad, son casi todas impresionantes. Seguimos el recorrido visitando la de San Lorenzo Maggiore, una de las más bonitas y que no te arrepentirás de conocer.
Para finalizar las visitas de este segundo día, te proponemos el barrio de Navigli, con unos bonitos canales y centro neurálgico de la vida nocturna de la ciudad. Si te quedan fuerzas para caminar por él, visita el callejón de las lavanderas, en arco de Ticino y la Chiesa di San Cristóforo. En la zona hay muchas opciones para cenar, puedes elegir unas tapas con vinos de la zona o unas viandas tradicionales.
Día 3 en Milán
Después de dos días caminando por la ciudad, en esta tercera jornada nos vamos a un entorno más natural, pero no menos impresionante. Muy cerca de la urbe, encontramos el lago Como, los Alpes y Cinque Terre.
Te recomendamos empezar por el lago Como, uno de los más bonitos del mundo y, podríamos decir, un imprescindible en tu visita a Milán o, incluso, a Italia. Se puede llegar en autobús o en tren desde la ciudad. También es posible podemos un coche si queremos tener un poco más de libertad de movimientos y no estar sujetos a horarios. Está a una hora y media de Milán por lo que se puede conocer bien en esta última jornada.
Si elegimos el transporte público, la mejor opción es coger el tren en Cadorna. Cuesta aproximadamente 5 € y nos deja en la estación de como Nord Lago, justo en el centro de la ciudad. Echa un vistazo a la frecuencia porque no es demasiado amplia.
Si prefieres coger el autobús, puedes elegir la opción de contratarlo con guía y con paseo en barco hasta Bellagio.
El Como es un lago de origen glacial, rodeado de pueblecitos de ensueño y de impresionantes montañas. Es uno de esos lugares que, a pesar de que se pueden conocer en un día, te darán ganas de pasar una buena temporada por la zona. Toma nota para tus siguientes vacaciones.
Entramos a la zona del lago por la ciudad de Como, desde la que podremos coger una embarcación para conocer los pueblos y los lugares de interés en torno al lago.
Si has optado por alquilar un coche, estos son algunos de los pueblos más bonitos que podemos visitar alrededor del lago Como: Bellagio, Varenna, Tremezzo, Nesso y Menaggio.
Otra opción para este tercer día en Milán es hacer una pequeña escapada a los Alpes, justo en la frontera con Suiza. La cordillera alpina es espectacular y una muy buena opción para relajarse esta última jornada.
Se puede llegar en coche o tren hasta Tirano y allí subir al Bernina Express, un tren panorámico centenario que hace una ruta preciosa a través de glaciares, lagos, cascadas y maravillosos paisajes alpinos. Cuenta con grandísimas ventanas panorámicas, para que no te pierdas ninguna de las maravillas naturales de la zona.
El recorrido dura dos horas y tiene 21 paradas, en las que puedes bajarte para conocer algunos de los lugares más emblemáticos, como la de Ospizio Bernina, con más de 2000 m de altitud y donde están los lagos Negro y Blanco.
Es necesario reservar antes los billetes del Berlina, por lo que te recomendamos planearlo con anticipación.
La última opción antes de despedirte de Italia es hacer una escapada costera a Cinque Terre. Lo ponemos como última opción, ya que está a unas tres horas de Milán y esto puede condicionarnos por una cuestión de tiempo. Si tenemos algunos días más, se trata de una zona preciosa de pueblos marineros y paisajes increíbles.
Se puede llegar en tren desde la estación central hasta La Spezia y, desde allí, por el mismo medio, llegar a Cinque Terre.
Casi todos los pequeños pueblos de esta zona son muy bonitos y tienen un encanto particular. Pasear al borde del acantilado y observar las edificaciones colgantes, encaramadas en la roca, es toda una delicia.
Te recomendamos tomarte un par de días para recorrer esta zona, vale mucho la pena y es una de las desconocidas de la costa italiana.
Cuándo viajar a Milán (mejor época)
Milán es una ciudad a la que viajaríamos casi en cualquier época del año. Su amplia oferta cultural, sus tantísimos lugares para visitar y todas las opciones que tiene alrededor la hacen un destino apetecible siempre.
Sin embargo, como ciudad de interior, posee el clásico clima continental, con inviernos muy fríos y veranos con temperaturas muy altas. En los meses de julio y agosto el termómetro puede superar con facilidad los 40 °C, lo que hace casi imposible caminar de forma confortable por la ciudad. En contrapartida, los meses de enero y febrero son muy fríos y la temperatura sufre cambios drásticos entre las horas centrales del día y las primeras y últimas horas, por lo que hay que llevar bastantes capas encima.
Sin duda, las mejores épocas para viajar a Milán son el otoño y la primavera. Las temperaturas se suavizan notablemente y son momentos muy agradables para perderse por sus calles. Hay que tener en cuenta que, ambas, son estaciones proclives a la lluvia, por lo que no sobrará un paraguas o un chubasquero en la maleta.
El otoño pinta de colores preciosos las calles, los parques y los alrededores de la ciudad. Además, finalizando el mes de noviembre, podremos disfrutar de todos los preparativos de la Navidad.
En primavera, todo es un estallido de color y vida. La ciudad se prepara para sus múltiples actividades y es un buen momento para conocerla.
Como has podido observar a lo largo de todo este artículo, visitar Milán en 3 días es posible. Puedes conseguir no perderte ninguno de sus rincones imprescindibles. Sin embargo, también habrás podido adivinar que esta ciudad da para mucho más. Considera esta escapada como una primera toma de contacto y planifica una estancia más larga en esta zona de la bella Italia. Participa de las múltiples actividades culturales, recorre la majestuosidad de su entorno natural y dedícale tiempo a su cuidada gastronomía. Esperamos que disfrutes mucho de tu viaje a Milán y que nos cuentes si nos hemos dejado algo que añadir a esta pequeña guía.