San Francisco en familia
San Francisco fue la casilla de salida de uno de esos míticos y soñados viajes con el que muchas personas han soñado alguna vez: recorrer la costa oeste de EE.UU en modo road trip.
Pero antes de embarcarnos en el mood de moteles, alguna que otra acampada improvisada y carreteras de rectas infinitas, invertimos unos días en conocer tranquilamente esta ciudad.
Decimos tranquilamente, porque como ya hemos mencionado en otras ocasiones, esto de viajar con niños y los programas apretados de visitas son estados incompatibles.
¿Se puede viajar con niños? Sí, pero no exactamente igual que cuando viajábamos sin ellos. De la misma manera que no viajamos igual en pareja que con un grupo de amigos o que cuando vamos solos.
San Francisco fue una de esas ciudades en las que por un momento, nos vimos viviendo. Nos engancharon sus parques, las carreras populares, los piers, la gente…
La única pega que le encontramos fue tener que subir en ocasiones y sin previo aviso, algunas de sus cuestas con el carro, pero cierto es que uno de sus encantos es precisamente esa orografía entre colinas.
Aquí os dejamos algunos de los planes que más disfrutamos en la ciudad de San Francisco con un niño de algo más de un año:
La visita a la cárcel de Alcatraz.
Además del trayecto en ferry, el paseo por la isla está muy bien pensado para todos los públicos. El recibimiento lo hace un ranger que explica algunos detalles históricos y las normas que hay que respetar dentro del espacio.
A partir de ahí, el orden y la forma en la que cada uno quiera organizarse el tiempo de la visita es totalmenete libre. Los edificios cuentan con carteles explicativos y las instalaciones están muy bien señalizadas. Es importante sacar la entrada con antelación (puede hacerse vía online), porque el aforo es limitado y hay bastante demanda.
Los parques de toda la ciudad.
Especialmente por cómo han sido diseñados y cual es el uso que le dan las familias. Tanto nos enamoraron los parques de San Francisco que se merecen un artículo aparte y aquí os contamos los motivos con mucho más detalle.
Children’s creativity museum.
Este es uno de esos museos en los que los niños se lo pasan bien pero es que a los padres, casi hay que sacarnos a rastras.
Construir toda una ciudad en movimiento a base de dibujos de cientos de niños, grabar un videoclip, inventar un coche con 4 materiales entregados al azar, tocar instrumentos, mover un tren… Pero sobre todo, darle rienda suelta a la imaginación.
Este museo parte de la premisa de que dentro de cada niño, habita un enorme inventor y al igual que el científico Albert Einstein, considera la creatividad más importante que los conocimientos específicos.
La colonia de leones marinos.
A la altura del muelle 39, junto a la zona de restauración y ocio del Fishermans Wharf, vive una colonia de leones marinos que no pasan desapercibidos. Al parecer, unos 300 leones marinos se trasladaron a ese muelle después del terremoto de 1989.
Aunque no se sabe si el motivo tuvo que ver con los temblores o no, el gobierno de la ciudad ha velado por su seguridad para que se mantengan allí. La colonia ha ido aumentando hasta la actualidad, en la que ya son más de 1.700 ejemplares que se han convertido en una de las señas distintivas de la ciudad.
Una oportunidad única para poder enseñarle a los más pequeños animales en libertad y “en su hábitat natural”.
Un paseo en tranvía.
Actualmente hay en funcionamiento 3 líneas de tranvías cableados que se usan como cualquier otro transporte público que funciona en la ciudad. Cierto es que en la actualidad, sus usuarios son mayoritariamente turistas.
El museo mecánico (museé mécanique).
Los leones marinos no son la única sorpresa que esconden los muelles de la ciudad de San Francisco.
En el pier 45 se expone una colección privada de máquinas recreativas del pasado.
El único dinero que vas a tener que invertir para entrar a este museo son las monedas que necesites para hacer funcionar las máquinas de juego históricas que vas a encontrar dentro.
Los precios son inversamente proporcionales a las dosis de nostalgia que vas a segregar en esta visita.
También nos animamos a probar un bocadillo de langosta, el famoso chocolate de Ghirardelli y un par de tartas de la interminable carta de Cheesecake Factory.
Aunque sobre todo, nos inflamos a pasear por los peculiares barrios de San Francisco (Union Square, Castro, Fisherman’s Warf, Alamo Square, Chinatown, Japontown…) y todavía nos quedó muchísimo por ver.
La verdad es que nosotros, volveríamos a San Francisco mañana mismo.
Y pasado, y al otro… y al otro también.


Hola que tal, he leído el artículo completo y me parece bueno, estoy planeando viajar a San Francisco el siguiente mes y me gustaría hacer varias cosas con mi familia, podrían recomendarme una agencia o alguien que lo pueda hacer, en fin! Gracias por la aportación
Hola Tere, por supuesto con Viajes Carrefour puedes viajar a San Francisco
Un saludo.