Alpino, nórdico, ‘freestyle’… El esquí tiene múltiples disciplinas. Descubre cuál es la tuya y las mejores estaciones de la península para practicarla.
La nieve ya está aquí. Y con ella, la temporada de esquí 2016/2017. Los forofos de este deporte se frotan los bastones después de los meses de ‘sequía’. Para todos ellos –y para los que se quieran iniciar en este deporte– van estas pistas para elegir disciplina y estación.
El esquí se divide fundamentalmente en alpino y nórdico. El alpino consiste en descender con esquís en el menor tiempo posible siguiendo un trazado marcado; mientras que el nórdico se caracteriza porque el talón de la bota no se fija a la base del esquí. Dentro de esta disciplina están el esquí de fondo, el de salto, la combinada nórdica, el biatlón y el Telemark. Y habría que añadir una modalidad más, el ‘freestyle’, en el que el esquiador combina habilidad y creatividad para lograr acrobacias en el aire. Sin olvidarnos del ‘snowboard’, que ha ganado muchos adeptos en los últimos años. Aunque no contaría como una modalidad de esquí, ya que consiste en deslizarse con una sola tabla, más ancha y a la que anclan ambos pies.

El país de los Pirineos
Con ese sobrenombre, la nieve y los deportes de invierno están garantizados en Andorra, que se divide en dos dominios esquiables, Grandvalira y Vallnord. En estas pistas puedes encontrar estupendos hoteles de esqui para pasar unas vacaciones diferentes rodeado de paisajes nevados. Entre los dos, más de 300 kilómetros de pistas y más de 100 remontes. Esto supone capacidad suficiente para acoger a 156.000 esquiadores cada hora. Y cuando las precipitaciones escasean, cuentan con casi 1.500 cañones de nieve artificial.
Grandvalira la componen seis sectores: Encamp, Canillo, El Tarter, Soldeu, Grau Roig y Pas de la Casa, aunque todos están conectados entre sí, permitiendo que un esquiador pueda pasar de uno a otro sin quitarse las tablas en ningún momento. De todos ellos, Canillo se recomienda para principiantes y para familias con niños pequeños. Es el destino idóneo para un primer contacto con la nieve. También cuenta con espacios para niños El Tarter: en Bababoom Circus los más pequeños encontrarán una pista hecha a su medida. Aunque si eres de los que arriesgan, este también es tu sector, ya que se presenta como el más dinámico de la estación y ha sido diseñado para “la práctica de deporte extremo”. Su ‘snowpark’ tiene la línea de módulos más larga del Pirineo, mientras que la pista Aliga hará las delicias de los amantes del descenso. Desde 2013 es considerada pista FIS (Federación Internacional de Esquí) de descenso. Aquí se disputó el pasado mes de febrero la Copa del Mundo de esquí alpino.

En Grau Roig impera el paisaje. Sin alojamientos dentro de sus límites, es el sector más virgen de la estación. Cuenta con pistas de todos los niveles (incluidos circuitos infantiles, tematizados por Imaginarium) y es idóneo para la práctica del ‘freeride’, esquí de montaña, con tres circuitos balizados y con la única pista de kilómetro lanzado homologada de toda la península (en esta disciplina se han alcanzado velocidades superiores a 250 kilómetros a la hora). Para los que se decanten por el esquí de travesía, en Grau Roig se han marcado cuatro itinerarios: circuito Circ d’Envalira, Montmalús, Pessons y Bosc de Moretó. Esta disciplina se ejercita en paisajes tranquilos que permiten coronar las cimas más importantes de Andorra. Y Pas de la Casa es una buena alternativa para grupos con esquiadores de distintos niveles, ya que sus pistas cuentan con una gran variedad de vertientes.

Con sus tres ‘snowparks’, Grandvalira apuesta por el ‘freestyle’, con instalaciones y competiciones de primer nivel. Ofrecen programas en formato Camp, y en su Freeride Center imparten clases de esquí y ‘snowboard’ para quienes quieran perfeccionar su estilo fuera de pista. “Es muy importante recordar que el fuera de pista, salir del entorno de una pista de esquí, es una actividad con un componente de riesgo muy importante. Por eso, es imprescindible contar con la mejor formación para afrontar cualquier dificultad que te ofrezca la montaña”, recuerdan desde la escuela.
Dos en una
Las estaciones andorranas de Pal Arinsal y Ordino Arcalis aunaron sus fuerzas en el año 2004 para crear Vallnord. La primera cuenta con más de 63 kilómetros esquiables frente a los 30 de la segunda, pero al tener esta orientación nor-noreste Ordino suele desarrollar temporadas más largas, por lo que es una buena apuesta para los meses primaverales. Pal-Arinsal tiene cinco circuitos marcados de esquí de montaña, dos itinerarios ‘freeride’, un área ‘freestyle’, otra para slalom y un ‘fun park’. La carta de presentación de Ordino-Arcalis se resume en: cuatro circuitos señalizados de esquí de montaña, 3,4 kilómetros de itinerarios señalizados ‘freeeride’, un área de ‘freestyle’, una de slalom, una de debutantes y un circuito infantil. Tanto en Pal Arinsal como en Ordino Arcalis cuentan con servicio de ‘heli ski’: un helicóptero lleva a los esquiadores hasta cimas a las que no llega ningún remonte. El lujo hecho deporte de invierno.

Al sur con los esquís
El mayor desnivel esquiable de la península (1.200 metros) está en Sierra Nevada, Granada. La estación de esquí más meridional de Europa está dividida en seis zonas: Veleta, Laguna de las Yeguas, Borreguiles, Loma Dílar, Parador y Río. Expertos diríjanse a la Veleta y Loma Dílar; principiantes y familias con niños, a Borreguiles. Inaugurada la temporada a principios de diciembre, cuando lleguen los grandes espesores será el turno del esquí nocturno. Es entonces cuando Sierra Nevada habilita dos pistas (El Río y Maribel) entre las 19:00 y las 22:00. Gracias a una potente iluminación, ya no hace falta guardar los esquís a las cinco de la tarde hasta el día siguiente. Y aún tienes tiempo de aprovechar las últimas horas del día: el après ski de Sierra Nevada es uno de los más animados de la península.