¿Qué tipo de alojamiento va mejor con tu personalidad?
Tu elección entre los tipos de alojamiento que tienes a tu disposición a la hora de reservar un viaje puede servir para conocer cuál es tu personalidad. Es más, si echas la vista atrás, seguro que siempre te alojas en establecimientos similares sin saber por qué.
¿Qué tipo de alojamiento elegir?
Dependiendo de tu forma de viajar, se te podría clasificar de las siguientes formas:
– Un turista familiar. Viajas siempre con tu pareja y con tus hijos. No te importa tanto verlo todo como salir un poco de la rutina. Ir de compras, tomar algo y visitar alguna iglesia o museo es suficiente para ti. Tu alojamiento idóneo es un hotel con piscina y bufé que te permita comer bien y descansar en la medida de lo posible.
– El/la enamorado/a. Tu pareja es vital para ti y cada viaje supone el descubrimiento de algo nuevo. Necesitas verlo todo, tener información de cada museo y de algún que otro local frecuentado por los oriundos del lugar que te permita pasar desapercibido. Un hostal o un apartamento pueden ser tus mejores opciones.
– El/la solitario/a. Has podido ir a esa ciudad por algo en concreto (un concierto, una obra de teatro o una boda por poner algunos ejemplos) y, ya que estás, aprovechas para disfrutar de tu estancia. Dependiendo de lo sibarita que seas, un hotel o un hostal pueden ser adecuados para ti.
– El/la trabajador/a. Vas a lo que vas y no necesitas demasiado, salvo una cama, una ducha y algo de silencio. Te sirve cualquier opción decente de alojamiento. Dependerá de la generosidad de tu empresa, o de ti mismo/a si eres autónomo/a, la elección de tu alojamiento.
– La pareja, o el propio usuario, es «de la tercera edad». Buscas adaptabilidad, tranquilidad y cercanía. Los pequeños hoteles del centro de cualquier ciudad son los más adecuados para ti.
– El/la marchoso/a. Quieres salir de la rutina, descansar y acostarte cada día al amanecer. Un apartamento encaja a la perfección con tu forma de viajar.
¿Cómo se deduce la personalidad de un viajero?
Basándonos en la clasificación anterior puede afirmarse que el familiar apuesta por un gran hotel gracias a las innumerables posibilidades de desaparecer durante unos minutos y dejar a su familia tomando el sol. La pareja encontrará siempre una habitación cómoda, una cama amplia (ya me entiendes) y un baño (ídem) complementario a la altura de sus exigencias.
El trabajador apenas está en la habitación, pero también necesita un escritorio, un baño más amplio y una cama adecuada. La persona de la tercera edad busca la misma comodidad que en su casa, por lo que escogerá siempre establecimientos con habitaciones amplias y con un baño accesible.
Los solitarios y los marchosos, que a veces forman parte del mismo grupo, no mirarán demasiado el mobiliario, pero sí que haya discotecas cerca y la posibilidad de montar alguna fiesta en la terraza.
¿Comprendes por qué los tipos de alojamientos están marcados por sus huéspedes más habituales? Seguro que has descubierto alguna novedad interesante que te ayudará a escoger mejor el alojamiento para tu próximo viaje.