A una distancia de entre 4 y 5 horas de vuelo, dependiendo de la ciudad española desde la que se vuele, se encuentra Islandia. Viajar a Islanda, la isla del hielo, los volcanes, las auroras boreales, la naturaleza salvaje… está como quien dice, ahí al lado.
¿En qué momento del año es mejor viajar a Islandia?
Una infografía explicativa con diferentes datos sobre la isla, da la bienvenida a los viajeros en el aeropuerto de Reikiavic con un mensaje claro: la mejor época para viajar a Islandia es… desde el 1 de enero hasta el 31 de diciembre. Es decir, todo el año.
En los meses de invierno hay que prepararse técnica y mentalmente para enfrentarse al frío y para los días más cortos. Es la época en la que se hacen los avistamientos de auroras boreales y en la que encontrar los paisajes nevados y algunas de las cascadas congeladas. Un buen plan si estás pensando ir, es recorrer el Ring Road (la carretera con la que se puede rodear la isla).
Los meses más cálidos tienen, además de un mejor tiempo, muchas más horas de luz (para algunos demasiadas) y la posibilidad de descubrir una isla menos cubierta por la nieve. No es temporada de auroras pero sí se puede acceder a lugares más remotos, como las Tierras Altas.
¿Cuál es la mejor opción para recorrer la isla por libre?
Las posibilidades son, alquilar coche, dormir en hoteles y comer fuera o alquilar una autocaravana en la que solucionarlo todo de una vez. Partamos de la base de que Islandia no es un país barato. Los islandeses tienen una de las rentas per cápitas más altas de Europa y eso en los precios medios, se nota. Eso no significa que sea un destino impagable ya que comprando en los supermercados más populares como Bonus, Netto y Kronan, se consigue abaratar mucho el coste en comida.
Además de por la libertad que te da llevar “la casa a cuestas”, cuantos más miembros hay en la familia, más interesante se hace valorar la opción de alquilar autocaravana o camper. Hay varias empresas operando en la isla y se puede reservar fácilmente vía online.
¿Hace falta cambiar moneda para viajar a Islandia?
Hasta en los negocios más pequeños pudimos pagar con tarjeta de crédito. Se puede sobrevivir perfectamente sin cambiar a moneda local, aunque no está de más sacar una pequeña cantidad en algún cajero “para verlo”.
¿Por qué ir a Islandia con niños?
Islandia es una tierra repleta de mitos y fantasía. Julio Verne en sus historias, situó la entrada al centro de la tierra allí, concretamente en el Glaciar de Snaefelness. La película infantil Atlantis, ubica a la ciudad submarina bajo sus aguas. Hay múltiples leyendas sobre diferentes criaturas mágicas, como son las personas escondidas, los traviesos Yule, los elfos o los gigantes de piedra (para los islandeses, todos ellos significan mucho más que “simples personajes de cuento”).
Seres mitológicos aparte, viajar con niños a destinos en los que el mayor atractivo es la naturaleza, facilita mucho las cosas. Caballos peludos, volcanes, glaciares, témpanos de hielo que parecen diamantes gigantes, leones marinos… Y todo ahí. A menos de un palmo de tu cara. Sin necesidad de andar por pasarelas, recorrer kilómetros o montar en barco. Desde el parking, a todo lo que te dejará ojiplático, no hay apenas distancia. Por no hablar de la cantidad de espacio libre que hay para correr, charcos en los que saltar o nieve blandita con la que jugar. A los padres nos toca estar muy atentos en lugares con acantilados o algo más extremos, pero el resto del tiempo es para disfrutar.
¿Qué hicimos nosotros?
Decidimos recorrer Islandia en camper en el mes de febrero. Con el objetivo de perseguir las auroras boreales, pensando en que habría menos gente y con la idea de darle la vuelta a la isla. Dos semanas fueron suficientes para conseguirlo, dejando un último día para conocer Reikiavik.
Después de salir de la zona que se conoce como el Triángulo Dorado (en el que se concentran muchos atractivos turísticos), empezamos a disfrutar de otros puntos en los que estábamos totalmente solos.
Algunas cosas que nos llamaron la atención de Islandia
- El islandés es uno de los idiomas con menos evolución lingüística. Esto quiere decir que se ha mantenido en su forma más original y para nosotros es impronunciable. Tratar de repetir algunas palabras es como mínimo, fruto de un buen rato de risas.
- El superalimento skyr. Los islandeses lo consumen como si fuera un yogur, aunque el proceso de producción es más parecido al de un requesón. Es motivo de orgullo nacional de los islandeses por su alta cantidad de proteínas y ya empieza a encontrarse también en algún supermecado en España.
- Los “hot spots” o baños al aire libre. Los hay en medio de la naturaleza, pero también son una especie de club social de las ciudades. Bañarse al aire libre a bajas temperaturas y en agua caliente, te deja como nuevo. No solo es una práctica exclusiva para los adultos, también vimos familias con bebés menores de un año. Nosotros, por supuesto, también lo probamos.
Y hasta aquí una pequeña recopilación de las preguntas que más nos hicisteis sobre este viaje que esperamos que os sirvan de ayuda para animaros a viajar a Islandia. Nosotros, ya estamos pensando en que volveremos para conocerla en otra estación.