Si viajas a Estados Unidos, no puedes dejar de hacer una excursión a Amish en Lancaster, donde conocerás una forma distinta de vivir que hunde sus raíces en el siglo XVII y que se mantiene a pesar del paso de los años en varias zonas del país, principalmente en Pensilvania y Ohio.
El condado de Lancaster está en el Estado de Pensilvania, uno de los 13 que fundaron los actuales Estados Unidos de América. Si quieres viajar a Pensilvania desde otras zonas del país es sumamente fácil, puesto que los aeropuertos más importantes de la costa este están a pocas horas y la ciudad más poblada, Filadelfia, es un centro regional.
Los amish
Los amish son una secta protestante, concretamente menonita, que se estableció en los Estados Unidos a finales del siglo XVIII, escapando de la intolerancia religiosa que existía en Europa. La mayoría de los amish de Pensilvania son de origen neerlandés, de ahí que la zona donde residen se denomine popularmente Condado Neerlandés.
La teología amish se resume en los conceptos de humildad, calma ante los eventos de la vida y rechazo al orgullo, la vanidad y la soberbia. De alguna forma, su modo de ver la vida tiene similitudes con el concepto Wu wei del taoísmo, aunque en este caso la mayoría de las comunidades lo interpretan desde el rechazo a las tecnologías porque consideran que nos distraen de lo realmente importante en la vida.

La película La elección de Jacob, explica de forma gráfica y muy detallada en qué consiste la filosofía amish, lejos del sensacionalismo que ha proliferado en torno a este colectivo.
Los amish son anabaptistas, lo que significa que el sacramento del bautismo no es obligatorio hasta que la persona decida si desea entrar en la comunidad, lo que sucede, aproximadamente, a los 16 años. Antes de hacerlo, los jóvenes pueden relacionarse con el mundo exterior durante el denominado rumspringa y, posteriormente, decidir libremente qué es lo que desean.
Una de las características de este grupo es su rechazo frontal a toda forma de violencia y al militarismo. Los amish se han negado a ir al servicio militar y muchos grupos evitan el bigote o los botones, precisamente, por ser comunes en ese colectivo. También abogan por una estricta separación entre religión y Estado y, de hecho, no pagan determinadas contribuciones estatales ni votan en las elecciones.
En el condado de Lancaster, existe una comunidad de 60 000 amish. La mayoría de hoteles en Pensilvania que ofrezcan circuitos turísticos te dirán cómo poder realizar la excursión a sus comunidades. Aunque los amish son personas amables y respetuosas, te pedimos encarecidamente que tú también lo seas cuando los visites.
Tecnología
Si algo llama la atención de los amish es su rechazo a las innovaciones tecnológicas, de ahí que utilicen la misma vestimenta y medios de transporte que había en el siglo XVIII.
La razón teológica estriba en que, según sus creencias, las nuevas tecnologías nos distraen de la vida cristiana, aunque no todas las comunidades son uniformes en lo referente a los artículos que se permiten. Inicialmente se rechazaba el uso de la electricidad, pero hoy está permitida en la mayoría de las comunidades, aunque con límites.

En cualquier caso, los amish de Pensilvania no utilizan maquinaria agrícola moderna ni automóviles, trasladándose a través de carruajes de tracción animal. Tampoco utilizan teléfonos móviles y, solo excepcionalmente y para cuestiones profesionales, se permite el uso de teléfonos fijos.
Vestimenta
En cuanto a la ropa, los amish visten como lo hacían sus antepasados en los siglos XVII y XVIII, aunque, al no existir una jerarquía centralizada, hay algunos matices en función de cada comunidad.
Los hombres están afeitados hasta el momento de casarse, en el que se dejarán crecer barba pero, eso sí, periódicamente rasurada. En cuanto a los accesorios, los hombres portan sombrero y las mujeres cofia.
Ocupaciones
Los amish han sido conocidos en la cultura popular de EE. UU., fundamentalmente por sus cualidades como constructores y por la agricultura, siendo reconocida su destreza en ambas disciplinas. No es extraño que en varios programas y series de televisión de máxima audiencia del país se haga referencia a esas destrezas.

Sin embargo, hay que indicar que, hoy en día, una de sus principales fuentes de ingresos es el turismo, tanto a través de visitas concertadas como de la venta de recuerdos.
Familia
Por lo general, hay una división del trabajo propia del siglo XVIII, en la que los hombres trabajan fuera de casa y las mujeres se quedan a cargo de los hijos, aunque no hay ningún impedimento para que puedan atender las tiendas de recuerdos o establecimientos que se han abierto para turistas.
Los niños solo van a la escuela hasta los 14 años. Cuando estos alcanzan la edad adulta, deciden si permanecen en la comunidad o si, por el contrario, deciden hacer su vida fuera. Quizás te pueda sorprender saber que la inmensa mayoría deciden seguir en el grupo.
Cómo viajar a Lancaster
En primer lugar, tendrás que comprobar los vuelos a EE UU a los aeropuertos de Nueva York, Newark, Baltimore, Filadelfia o Washington, que son cinco de las ciudades más importantes del país y que están a un máximo de tres horas y media del condado.

Una opción interesante es hacer el viaje a Filadelfia y alojarse allí, puesto que solo hay una hora de camino hasta el condado de Lancaster por la carretera 276. También existe la posibilidad de alquilar un coche para transitar por las carreteras 30 y 340, dentro del condado, aunque lo conveniente es concertar la visita con antelación mínima, puesto que así podrás disfrutar de todo el recorrido desde el principio.
Una vez que estemos allí, tendremos la posibilidad de visitar una granja típica amish, degustar un menú de comida tradicional y comprar productos agrícolas y recuerdos en sus numerosas tiendas.
Esta es una visita en la que vas a tener que invertir el día, pero es muy interesante si quieres saber cómo un grupo ha sido capaz de mantener sus costumbres con la presión de estar en el país más industrializado del mundo.