Ya no quedan juglares que canten sobre su belleza, pero para eso estamos nosotros. Te descubrimos las villas medievales más auténticas de Europa.
Para viajar al pasado no hacen falta máquinas del tiempo. Con poner un pie en cualquiera de estas ciudades, sentirás que has retrocedido varios siglos. La Edad Media dejó huella y hoy sigue presente en forma de murallas, castillos, iglesias… y leyendas.
Carcassone (Francia)
La leyenda de la Dama Carcas da nombre a la ciudad. Era la esposa de un rey musulmán y, a su muerte, le sucedió en el campo de batalla. Resistió el asedio de las tropas de Carlomagno utilizando ingeniosos trucos. Uno de ellos, alimentar al último cochinillo de la ciudad con la última ración de trigo y lanzarlo desde la muralla. Cuando Carlomagno lo vio caer, levantó el sitio. “Tienen tantas reservas de trigo que se lo dan a los animales” pensó el emperador. Para celebrarlo, Dama Carcas hizo repicar las campanas y uno de los soldados de Carlomagno pronunció la frase que bautizaría a la ciudad: “Señor, Carcas Sonne” (“Señor, Carcas toca”).
Un busto de Dama Carcas sigue custodiando la ciudadela en la Puerta Narbona, una de las entradas a la ciudad medieval. Rodeada por tres kilómetros de murallas, la ciudadela está considerada Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO por su tamaño y buen estado de conservación. Un castillo, 52 torres y un puente levadizo conforman un conjunto único en Europa en el que todavía viven 50 habitantes. Además de sus edificios medievales, destaca por su teatro al aire libre, levantado en 1908 sobre el antiguo claustro de Saint Nazaire. Allí tiene lugar en verano el Festival de Carcassone. Fuera de las murallas, otro monumento digno del reconocimiento de la UNESCO: el Canal Midi, bra del arquitecto Pierre-Paul Riquet en el s. XVII.

Volterra (Italia)
Situada en lo alto de una colina y rodeada de murallas medievales, esta ciudad de la Toscana permanece indiferente al paso del tiempo. Las huellas de 3.000 años de Historia se mantienen casi intactas y recorrerla es un viaje por varias épocas. Volterra fue una importante capital en el s. VIII a. C. En ella habitaron los etruscos, los romanos y hasta los vampiros de la saga ‘Crepúsculo’. En su segundo libro, Stephanie Meyer sitúa aquí a la familia Vulturi, aunque las escenas de la película se rodaron en la cercana Montelpuciano. Como consecuencia de su larga historia, la ciudad es un museo al aire libre donde encontrar arte y arquitectura etrusca, romana, medieval y renacentista. Algunos de los ejemplos más antiguos son la Porta dell’Arco, del s. IV a.C, y la Acrópolis etrusca, desde donde se obtiene la mejor panorámica de la ciudad.
Los romanos también siguen muy presentes. El Teatro Romano, a las afueras de la Porta Fiorentina, es uno de los mejor conservados de Italia. Forma parte del complejo arqueológico de Vallebona. La Edad Media fue especialmente brillante. Su núcleo está en la Piazza dei Priori, donde encontramos el edificio público más antiguo de la Toscana. Data del año 1239 y fue tomado como inspiración para el Palazzo Vecchio de Florencia. Del 16 al 23 de agosto no hace falta ponerle imaginación para saber cómo era la vida medieval en las callecitas, palacios y torres de esta ciudad. Se celebra el festival Volterra AD 1398, durante el que los juglares, caballeros y nobles de la Edad Media toman la ciudad.

Castle Combe (Inglaterra)
Conocido como “el pueblo más bonito de Inglaterra”, esta aldea medieval de apenas 350 habitantes, parece un decorado de cine. De hecho, ha sido el escenario de varias películas como ‘Caballo de batalla’, ‘Stardust’ y ‘Dr. Doolittle’. Se sitúa en Wiltshire Cotswolds, a unos 30 minutos de Bath. Todo el pueblo mantiene esta esencia del Medievo, por lo que la mejor manera de sumergirte en él es paseando entre sus casas bajas de piedra.
Lejos de los castillos y puentes levadizos con los que asociamos la Edad Media, Castle Combe es un ejemplo de típico pueblo medieval, donde sus habitantes vivían de forma pacífica y sencilla. Su economía se basaba en la ganadería y cría de ovejas y es así como ganó importancia en el área. Se sabe que en el s. XV se celebraba una feria de ganado anual y un mercado semanal. La prueba es el Market Cross, principal monumento del pueblo. La iglesia de St. Andrews, del s. XII, el Village Pound y el puente de piedra que cruza el río Bybrook son algunos de los lugares imperdibles. Para coger fuerzas, el pub White Hart, que lleva más de cinco siglos ofreciendo cerveza y comida a los viajeros.

Tossa de Mar (España)
Antes que Tossa de Mar, se llamó Tursa. Y mucho antes, Turissa. Sus primeros pobladores llegaron en el paleolítico, pero fueron los de la Edad Media los que más influyeron en el aspecto actual de la ciudad gerundense. Protegida por una muralla medieval, la Vila Vella es el único ejemplo de población medieval fortificada del litoral catalán. El faro se erige en el lugar en el que antes estuvo el castillo, en el punto más alto, para defender la ciudad de piratas e invasiones.

De sus luchas fueron testigos los cuatro torreones y tres torres cilíndricas que todavía hoy presiden la muralla. La torre d’en Joanàs lo hace en la bahía, mientras que la torre del Homenaje se alza con la playa de Es Codolar a sus pies. Es, sin duda, la playa más medieval de la Costa Brava.