244 km de playas, calas y acantilados nos esperan en la Costa Blanca, en Alicante. Concretamente, los que van desde Dénia hasta Pilar de la Horadada. 244 km de sol, cultura, bienestar y buena comida.
La Costa Blanca es conocida por su gran variedad gastronómica y su alta calidad de vida. Los hoteles de la Costa Blanca son también de gran calidad y diversidad, para adaptarse a todos los bolsillos. En ellos, podemos encontrar muchos servicios que harán que nuestra estancia en Alicante sea amena, agradable y relajante.
Gastronomía de la Costa Blanca
España, en general, destaca por su gran variedad de oferta gastronómica. De punta a punta de nuestro país, encontramos lugares donde comer bien, cada uno con sus características propias. En este sentido, la gastronomía de La Costa Blanca no podía ser menos.
Alicante es tierra de arroces y paella, pero hay mucho más. La Costa Blanca es sinónimo de dieta mediterránea de alto nivel y muestra de ellos son las diez estrellas Michelin que cuelgan de seis de sus restaurantes.
El marisco y pescado son dos materias primas imprescindibles en la cocina alicantina. No en vano, se trata de una provincia costera donde la pesca y recogida de marisco forman parte de la vida cotidiana de sus habitantes.
El vino que encontramos en esta tierra también es de alta calidad. Un buen recurso turístico es realizar una visita guiada a cualquiera de sus bodegas para poder degustar sus caldos.

Playas de la Costa Blanca
Ya hemos comentado, al principio de este post, que son más de 244 km de costa los que tiene la Costa Blanca. En ellos, podremos encontrar multitud de playas y calas donde disfrutar del sol de Alicante y de las aguas del Mediterráneo. Las playas de la Costa Blanca son, además, de alta calidad. Alicante es la provincia de España que cuenta con más banderas azules.
Playa La Granadella, de Jávea
La Playa de La Granadella es una cala de grava y roca situada en las proximidades de Jávea. Con unos 200 m de longitud y rodeada de vegetación se trata de un lugar íntimo donde poder descansar o disfrutar de actividades como el submarinismo.
Por su proximidad con el núcleo urbano de Jávea, la Playa de La Granadella es considerada semiurbana, aunque no tengan paseo marítimo. Eso significa que, no muy lejos de allí, puedes encontrar restaurantes donde comer.
Playa Carabassí, de Elche
Esta playa, de 900 m de longitud, está compuesta por arena dorada y aguas tan cristalinas que uno no deja de verse los pies, por mucho que se interne en el mar. La ocupación de esta playa es media-alta, ya que cerca se encuentra el municipio turístico de Santa Pola. A pesar de ello, es uno de los lugares preferidos por los turistas, ya que carece de paseo marítimo, lo que le da intimidad, y el contacto con la naturaleza es total.
Sus aguas, además de cristalinas, gozan de una temperatura más fresca de lo habitual en el mar Mediterráneo, lo que las hace muy apetecibles en los meses de calor.
La Playa Carabassí tiene una parte donde está permitido el nudismo, un dato de interés para aquellos que lo practiquen.
Playa La Caleta, de Villajoyosa
Esta playa es una de las más solitarias de la Costa Blanca. Esto se debe a su difícil acceso y que poca gente sabe dónde está. Si te vas a alojar en uno de los hoteles cercanos a Villajoyosa, lo mejor es preguntar a los lugareños cómo acceder, para evitar perderte uno de los atractivos más grandes de la localidad: disfrutar de una playa paradisíaca casi en exclusiva.
La Playa de La Caleta es una de las más pequeñas que nos vamos a encontrar a lo largo de la Costa Blanca, pues su longitud no llega a los 200 m de largo y apenas sí tiene 30 de ancho. Es un lugar muy íntimo donde poder desconectar del mundo.
La Playa de Tabarca
Situada en la isla de Tabarca, la única manera de llegar hasta allí es por mar. Desde los puertos de Santa Pola, Torrevieja, Guadamar y Alicante salen embarcaciones con destino a la Playa de Tabarca. La ocupación, por tanto, es bastante alta en los meses de verano algo más baja durante la primavera.
La Playa de Tabarca se caracteriza por la gran biodiversidad de su flora y fauna. Es un buen destino para realizar una escapada de fin de semana, ya que hay varios hoteles por la zona donde poder alojarse.
Playa de Levante, en Benidorm

De las playas escondidas de acceso, más o menos, complicado pasamos a la playa urbana de Benidorm. La Playa de Levante consta de más de 2 km de arena dorada y aguas transparentes. Se encuentra en pleno municipio de Benidorm, por lo que está rodeada de edificios, restaurantes, hoteles, apartamentos… No es una playa tranquila (más bien, todo lo contrario), pero sí es un lugar con mucho ambiente donde disfrutar de las innumerables actividades de animación que se realizan a todas horas.
El ocio nocturno también tiene cabida en la Playa de Levante. No en vano, es conocida como la Playa del Amanecer, ya que más de uno acude allí a ver salir el sol.
Playa Racó de l’Albir, de Alfaz del Pi
Lindando con el Parque Natural Sierra Helada encontramos la Playa Racó de l’Albir. Se trata de una playa semiurbana de grava donde se realizan muchos deportes acuáticos. Tanto es así que, en sus alrededores, podemos encontrar multitud de empresas que alquilan equipamiento o dan clases para aquellos que quieran iniciarse en actividades como el windsurf.
Se trata de una playa muy animada y con un ambiente muy juvenil. Un lugar al que no se va a descansar, sino a poner al límite nuestras aptitudes deportivas y, eso sí, a desconectar todos los problemas que nos acechan en la vida diaria.
Al ser una playa semiurbana, los accesos son muy sencillos y, en los alrededores, se pueden encontrar restaurantes y bares donde poder tomar algo.
En definitiva, estas son sólo algunas opciones que te presentamos para disfrutar de la Costa Blanca. Un lugar maravilloso y lleno de encanto por descubrir.