Las Minas de Riotinto, en Huelva, sorprenden por sus tonos rojizos. La NASA investiga esta zona por sus semejanzas con el planeta Marte.
Visitar el planeta Marte sin montarse en una nave espacial. Es más, sin salir de España. O al menos, creer que se está en el planeta rojo. La experiencia es posible si nos acercamos hasta el sur de Huelva. Riotinto es una localidad que además de pasar a la historia por ver nacer el fútbol en España, tiene unas minas a cielo descubierto.
La peculiaridad del paraje es que es el color del río da nombre al pueblo: es rojizo, tinto como el vino. El viajero puede explorar la zona, situada a una altitud de 416 metros, a bordo de un tren turístico que acompaña en paralelo el recorrido del río, mientras los guías explican sus características y su historia. La disolución de minerales desde el nacimiento del río Tinto, sobre todo de los óxidos e hierros, es la que le otorga ese color tan característico.

La antigua estación de frailes es uno de los puntos por los que pasa este tren que gestiona la Fundación Río Tinto del Parque Minero. En total, el recorrido tiene 300 kilómetros de vías, de las cuales 84 se asocian a la línea comercial. Es el camino denominado del Cerro Colorado, casi a la entrada de Nerva. El tren simula el recorrido real que hacían los trabajadores, y como el escenario ayuda –además pueden verse desde el tren algunas locomotoras antiguas, otras se conservan en el museo–, es fácil transportarse mentalmente al siglo XIX. A la ida, el tren iba muy deprisa porque circulaba cuesta abajo y vacío, pero a la vuelta, los trabajadores debían de apearse durante el tramo de subida y hacerlo a pie porque el tren, cargado de minerales, no podía con su propio peso más el de los empleados.

Búsqueda de vida en el planeta Marte
La atmósfera que se ha generado en Riotinto es tal que la NASA está investigando sus semejanzas con el planeta Marte. Estudios que también desarrollan el centro de astrobiología española; el INTA (Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial) y el CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas). De hecho, la NASA y los científicos españoles del Centro de Astrobiología han desarrollado en Riotinto un proyecto al que han llamado M.A.R.T.E. (en español, Experimento Astrobiológico de Tecnología e Investigación para Marte), cuyos objetivos son buscar formas de vida extremófilas en el subsuelo del río Tinto y desarrollar algún tipo de tecnología que algún día pueda ser utilizada en la búsqueda de vida en el subsuelo de Marte. Para ello han realizado perforaciones de hasta 150 metros. «El área del Río Tinto presenta analogías importantes con Marte, que pueden ayudar en la búsqueda de vida, en agua líquida, bajo el subsuelo de Marte,» explica Carol Stoker, investigadora principal del proyecto.

Sentirse minero en la Peña del hierro
Antes de embarcarse en el tren turístico, el viajero puede visitar el yacimiento de Peña del Hierro, a unos diez kilómetros de Minas de Riotinto y a tres de Nerva. Se puede recorrer a pie (y con casco) uno de los túneles que durante más tiempo ha estado en funcionamiento, y que desemboca en una cuenca minera en la que se han realizado excavaciones desde la Edad del Cobre calcolítico. El funcionamiento de estas minas ha continuado hasta hace 14 años, que cesó su actividad. Sin embargo, como la presencia de minerales es aún muy alta se está habilitando la zona para recuperar su actividad original.
Algunas de las cuencas mineras de la zona llegaron a tener hasta doce niveles de altura. En concreto la que se visita tiene 85 metros de profundidad en vertical, y llegó a estar formada por nueve bancales, según explica en la zona una de las guías de la Fundación Minera Riotinto, Nieves Aguilar. Algunas de estas pueden visitarse también, como la de Santa María, que mide entre 150 y 200 metros, y que sirvió en su día para transportar materiales.

Influencia británica
La época en la que la cuenca minera perteneció a los británicos fue la de mayor esplendor. Uno de los espacios que pueden visitarse en el pueblo, herencia de estos años, es la llamada “Casa número 21”, que ofrece la posibilidad de realizar un viaje en el tiempo hasta la época victoriana cuando ingleses y onubenses pertenecían a dos clases sociales muy diferenciadas.

El periodo de los ingleses se inició en 1873, después de que las minas se sacarán a subasta, y duró hasta 1954. A lo largo de estos más de 80 años no solo se instauró el fútbol, sino que también llegó la cultura al pueblo con la apertura de escuelas. Los ingleses se quedaron hasta 1954, año en el que las minas pasaron a pertenecer al estado español. La propiedad pública apenas duró quince años. Desde 1969, las minas han pasado de unas manos a otras. En la actualidad las gestiona una cooperativa multinacional, especialmente de británicos, australianos y chinos, y se han convertido en todo un reclamo turístico de la provincia de Huelva.