Si estás pensando en realizar un viaje a California, no puedes dejar de ir al mayor entorno natural del oeste de los EE. UU. El parque nacional de Yosemite es uno de los entornos naturales más impresionantes del mundo.
Es Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco y patrimonio individual de los recuerdos de aquellos que lo visitan. Mariposa Grove, el bosque de secuoyas gigantes más antiguas del planeta, es uno de los refugios de naturaleza salvaje mejor conservados del país.
La explosión de color de sus bosques y la diversidad biológica de su fauna hacen de este parque uno de los más atractivos para expedicionarios y montañeros, aunque también posee rutas y actividades pensadas para aquellos que quieran disfrutar de un viaje tranquilo y sosegado en contacto con la naturaleza.
Es el hogar de especies que solo se encuentran en sus bosques, resistentes a las fuertes tormentas de nieve invernales, y de todo tipo de fauna salvaje como osos, ciervos, ardillas y una gran variedad de aves.
Un paraíso natural donde perderse, encontrar la calma y conectar con la tierra de una forma única y especial. El acceso al parque no precisa de una reserva, sin embargo, sí existe una tarifa que se aplica a los vehículos.
¿Cómo llegar a Yosemite?
El parque nacional de Yosemite es una de las visitas obligadas para quienes se dispongan a viajar a California. Está ubicado a 300 kilómetros de la ciudad de San Francisco, unas tres horas de viaje en coche desde la ciudad en dirección al este.
La ruta más apropiada comienza en San Francisco, por la distancia y las vistas maravillosas de los campos de viñedos. Las opciones del trayecto son el alquiler de vehículos por días o viajes en autobús que puedes organizar desde momento de la compra de los vuelos a EE. UU.
Al parque también se puede llegar desde el sur, desde Los Ángeles, a 400 kilómetros (cuatro horas y media de viaje en coche). San Francisco y Los Ángeles son las ciudades más cercanas al parque con aeropuertos que reciben vuelos de conexión internacional.
¿Cuándo visitar Yosemite?
El parque no tiene una época especial para que su visita sea perfecta. Durante todo el año puede recorrerse la red de carreteras interiores, aunque en los meses más fríos del invierno se reducen las vías, debido a la acumulación de nieve. Sin embargo, el parque nacional en invierno transforma las marchas de senderismo típicas de primavera y verano en marchas con raquetas a través de los valles nevados. Las vistas de los acantilados, los ríos congelados y el paisaje teñido de un blanco impoluto son un aliciente más que poderoso para que cualquier época del año sea la mejor para visitar el parque.
En Yosemite se encuentran las más increíbles caídas de agua, con una altura máxima de 729 metros en su cascada más alta, que puede disfrutarse desde la cima tanto como desde la base de la misma (recomendamos llevar un chubasquero). El deshielo de los meses posteriores al invierno aumenta su caudal y forma uno de los espectáculos naturales más asombrosos de EE. UU. Es una muy buena época para la visita a Yosemite si se quiere disfrutar de una temperatura moderadas y observar la explosión de la naturaleza despertando del invierno.
En Yosemite puedes disfrutar de las vistas de los acantilados de granito más prominentes, como el acantilado El Capitán, una pared vertical de una altura de 900 metros. Otra de las vistas que no pueden dejarse de lado está en Glacier Point, que incluye los puntos más reseñables y conocidos del parque en una misma mirada: las cascadas Vernal y Nevada, las cúpulas naturales de Half Dome y Liberty Cap. A este punto se puede acceder por rutas de caminos sencillos. Este lugar en invierno se convierte en uno de los puntos de snowboard más famosos.
Durante todo el año hay actividades de escalada para todos los niveles, y rutas desde el Valle de Yosemite, además de todo tipo de actividades: paseos en bicicleta, marchas de mochilero, natación o descenso en kayak por el río Merced… también en invierno el parque ofrece clases de esquí, en la escuela Badger Pass Ski Area, una de las estaciones de esquí más antiguas del país. Se realizan caminatas por la nieve y en los meses más fríos puedes disfrutar de una pista de hielo para patinar.
Alojamiento, trasporte y comida
Casi todas las actividades y lugares de Yosemite tienen acceso con líneas de autobús y tranvía del propio parque, con rutas que permanecen abiertas tanto en época de primavera o verano como en invierno. Es una opción más que adecuada si no se dispone de coche. Estas líneas de autobús y tranvía tienen diferentes condiciones. Existen recorridos gratuitos diarios y excursiones de pago personalizadas durante todo el año, aunque los horarios varían de una época a otra.
El parque tiene diferentes alojamientos de un ambiente tranquilo, familiar y acogedor. También cuenta con zonas de acampada al más puro estilo de expedicionario. Es ideal para un viaje de familia o amigos. De la misma manera, es un paraíso para aquellos que quieran disfrutar de la soledad y la tranquilidad. Como hemos dicho, la entrada al parque no requiere reserva, pero no es así con el alojamiento. Para pasar la noche en el parque en cualquiera de los alojamientos o lugares de acampada sí es necesario efectuar una reserva previa.
El parque ofrece diferentes tiendas donde comprar alimentación, accesorios de todo tipo para acampada, y, por supuesto, regalos y recuerdos. También dispones de una amplia variedad de restaurantes de todo tipo de comida y precio: desde carnes autóctonas preparadas especialmente para el turismo más sibarita, hasta restaurantes de comida rápida. Hay una gran variedad de sitios adaptados a todo tipo de bolsillos, con la gran ventaja de que nunca se necesita llegar con demasiada antelación. ¡Siempre hay sitio!
Las puestas de sol de Yosemite se encuentran entre las más impresionantes del mundo, mezclando el paisaje natural de increíble belleza con el azul de los cielos limpios de verano y rosáceos en primavera. Todo el parque es una atracción perfecta para los fotógrafos. La combinación de las actividades y los deportes de acción con largos paseos por senderos infinitos convertirá este viaje en algo inolvidable.
