Hotel Alixares Hotel

El Alixares Hotel es un complejo turístico premiado con cuatro estrellas. Las razones de este alto galardón son múltiples. Encontrarás un tradicional hotel situado en las cercanías del centro histórico de la ciudad y rodeado por montañas, lo que aportará una tranquilidad extra a tu estancia. Podrás disfrutar de un edificio renovado por completo a principio de los 2000. Cuenta con seis pisos distribuidos en 171 habitaciones con las mejores comodidades para todo tipo de huéspedes. Existen 140 habitaciones dobles, 21 individuales, dos suites y ocho apartamentos. En todas ellas encontrarás un estilo funcional con conexión gratuita a Internet, así como televisiones de pantalla plana con recepción de señal satélite y minibar. A mayores, en algunas de las habitaciones superiores podrás contemplar las hermosas vistas ofrecidas por la histórica ciudad o la montaña.

De manera complementaria, todos los clientes del Alixares Hotel tienen acceso a las zonas comunes, las cuales incluyen un jardín exterior con piscina, una sala de juegos con televisión, varias tiendas, cafetería, bar y restaurante donde se sirven todas las comidas del día en forma de bufé, además de menú del día y servicio a la carta tanto al mediodía como por la noche.

Por otra parte, los viajeros por negocios dispondrán de acceso a una sala de conferencias. Otras prestaciones que podrás consultar en la recepción abierta las 24 horas del día son el servicio de habitaciones, de lavandería, caja fuerte, cambio de divisas y plazas de aparcamiento en el garaje.

Para terminar, es necesario mencionar que la ubicación no podría ser mejor. Su proximidad al centro histórico de Granada es fabulosa, podrás llegar a pie o utilizando la parada de transporte público que encontrarás a 50 metros del vestíbulo. Allí podrás vislumbrar varios monumentos excepcionales, incluyendo la Alhambra y el Generalife, que forman parte del Patrimonio de la Humanidad.

La localización del Alixares Hotel es la perfecta para todas aquellas personas interesadas en la amplia cultura histórica que posee la ciudad de Granada, así como para todas aquellas que buscan relajarse en un sitio tranquilo rodeado de montañas. Disfruta de una privilegiada situación en el Paseo de la Sabica 40, justo entre la Dehesa del Generalife y el Carmen de los Mártires. La Costa Tropical se encuentra a unos sesenta kilómetros. Además, encontrarás la maravillosa Alhambra a tan solo dos calles y tanto el casco histórico como el centro de la ciudad a menos de cinco kilómetros. Es notable también que encontrarás una parada de autobús a menos de 50 metros de la entrada al hotel.

Alhambra

Se trata de una ciudad dentro de la propia ciudad de Granada. Construida para el monarca del Reino nazarí de Granada, así como para sus súbditos, se compone de diferentes palacios, jardines e incluso un alcázar. Su ubicación fue escogida de manera estratégica, ya que se encuentra rodeada de montañas, lo que dificultaba enormemente las tareas de ataque ejecutadas por sus adversarios. Además, en la actualidad consigue una adaptación inigualable con su entorno, consiguiendo un paraje único. De igual manera, en su interior se albergan las más preciadas obras del arte andalusí. Por todo ello, la UNESCO la declaró en 1984 parte del Patrimonio de la Humanidad y en 2015 fue galardona como uno de los monumentos más visitados de España, con casi 2,5 millones de visitas.

Catedral de Granada

Esta esplendorosa obra de la arquitectura del Renacimiento español se encuentra a menos de dos kilómetros de distancia del Alixares Hotel. Utilizada como templo católico, cuenta con hasta 14 capillas distintas y una sacristía. Al igual que la parte más al noroeste de España, durante la época del Renacimiento, el Reino de Granada proporcionó un espacio para aquellos artistas independientes que no formaban parte del estilo más solicitado en el resto de la península. Durante el reinado de Carlos I de España, en el siglo XVI, se llevaron a cabo multitud de proyectos en la capital granadina. El primero de ellos fue encargado a un artista gótico, que finalmente trasladó el proyecto al arquitecto Diego de Siloé, quien cogió los cimientos de estilo gótico y reformó los diseños para construir el edificio con formas renacentistas. Más tarde, en el siglo XVII y tras el desgaste económico sufrido durante el reinado de Felipe II, se adaptó la fachada principal al estilo barroco.