El Oyo Times Square está situado en el corazón de Manhattan, en el número 157 de la calle 47th, a la altura de la Séptima Avenida. A 60 metros de Times Square y 1200 metros de Central Park, el hotel está ubicado en una zona ideal para conocer el centro de Nueva York y hacer turismo en una de las ciudades icónicas de la costa este de Estados Unidos. Si se prefiere un turismo de playa, The Hamptons se encuentran a 150 kilómetros en dirección al este y constituye el principal destino playero de la población de Nueva York.
Manhattan ofrece toda clase de ocio a sus visitantes. Para aquellos interesados en los negocios y las finanzas, el Empire State y el World Trade Center serán las visitas obligadas. Aquellos que prefieren ir de compras encontrarán lo que deseen en las boutiques y joyerías de la Quinta Avenida. Central Park y Bryant Park también se encuentran en la zona y funcionan como los pulmones de la gran ciudad, ofreciendo al turista un espacio verde de relajación entre los imponentes rascacielos. Pero eso no es todo, por la noche Manhattan también está llena de vida y la oferta de ocio nocturno en el distrito es única y vibrante.
Broadway
Cruzando Manhattan desde el norte hasta el sur se encuentra Broadway, una de las calles más conocidas de la isla. La famosa calle está repleta de teatros, con hasta 40 de estos establecimientos. A su paso cruza Times Square, por lo que apenas recorriendo unos metros desde el OYO Times Square se puede visitar este emblemático sitio de la ciudad.
Broadway es el lugar donde cientos de estrellas del cine dieron sus primeros pasos o se consagraron después, desde Audrey Hepburn hasta Barbara Streisand. Es una cita ineludible para cinéfilos y para los amantes de los musicales y de las óperas.
Estatua de la libertad
A una distancia de unos siete kilómetros desde el hotel se encuentra el monumento más icónico de Nueva York, La libertad iluminando el mundo. Coronando la desembocadura del río Hudson, esta estatua se inauguró hace más de un siglo y ha representado desde entonces los valores de la libertad y la emancipación.
La Estatua de la Libertad, originalmente un regalo francés para Estados Unidos, ejerció como faro de Nueva York durante una breve temporada. Ahora, es una visita obligada para cualquier huésped de la ciudad que nunca duerme.
