Hoteles en Chipiona
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Características destacables son su fragancia a mar, sus playas de arena ligera y blanca y el ronroneo de su brisa. Todo ello aderezado con la irrupción de color de sus flores para concluir con un buen moscatel que hará las delicias de tu paladar. Chipiona es un rincón abierto al mundo. Sin duda, despertará tus cinco sentidos.
Chipiona te incitará a caminar por sus calles del barrio y del centro, entre sus casas blancas y marineras. Te invitará a conocer su parte más monumental, como la parroquia y ermita del Cristo de las Misericordias, situada en la plaza Juan Carlos I, junto a la casa Consistorial antigua.
Muy próximo se encuentra el balcón de la Cruz del Mar y mirando hacia el horizonte, observas el Castillito, hoy renovado. En este recorrido, en la playa de las Canteras, donde los corrales perfilan la orilla, al fondo encontrarás el faro, luz y guía de los pescadores. Además, la playa de Regla también te espera. Detrás de su santuario, hallarás dunas y retamas. Llegarás al Camarón y, no muy lejos de él, a sus pinares, auténticos remansos de paz y calma.
Los geógrafos Estrabón y Pomponio Mela, griego y romano respectivamente, hablan en sus obras de un faro situado en la desembocadura del río Guadalquivir, cuyo nombre era Turris caepionis. La torre desempeñaba una función de indicación de una zona peligrosa para la navegación y marcaba el cauce del río navegable (Guadalquivir). Habitualmente se ha visto en este faro el origen del nombre de la localidad.
Esta área se reconoce, asimismo, como el lugar donde se levantaba la legendaria Ars Gerionis o tumba de Gerión, monstruo mitológico griego con aspecto antropomorfo de tres cabezas. Se situaba en un estrecho cabo que penetraba en el mar, posiblemente en lo que hoy en día es un arrecife denominado Piedra Salmedina. De todo ello no queda más prueba que la bibliográfica, aunque se han encontrado restos arqueológicos romanos datados en el siglo II a. C.
La Edad Media para Chipiona es convulsa. La leyenda cuenta que los seguidores de San Agustín en África, al huir de la invasión de los vándalos, se llevaron consigo la imagen de la Virgen de Regla, recalando en Chipiona. La localidad asistió a la dominación visigoda, de la cual se han hallado lápidas en los alrededores del santuario de la Virgen de Regla. Tras la islamizacíón de la Península Ibérica en el año 711, los ermitaños escondieron la imagen en un aljibe, a unos treinta pasos de la ciudadela, que hoy es un monasterio. La imagen se mantuvo oculta hasta que un religioso de la orden de San Agustín la halló en el siglo XIV, gracias a una revelación. Sobre el aljibe se edificó el Humilladero de la Virgen de Regla, hoy patrona de la ciudad.
Dos hitos marcaron la reconquista de Chipiona. Por un lado, el rey Fernando III el Santo la reconquistó en 1251. Por otro, el rey Alfonso X El Sabio, su hijo, la volvió a reconquistar de forma definitiva en el año 1264.
La localidad fue presa del maremoto que acaeció en 1755 y se extendió por toda la costa atlántica andaluza y portuguesa. Muchos fueron los daños causados por el tsunami posterior. Los chipioneses sacaron en procesión al Cristo de las Misericordias para solicitar el retroceso de las aguas. Esta procesión se convirtió en tradición y se repite cada año el 1 de noviembre desde la ermita que lleva el nombre del Cristo hasta la Cruz del Mar.
Cuatro son las playas en las que puedes darte un baño. Ricas en yodo, se extienden por los 12,6 kilómetros de costa con que cuenta la localidad. Estas son: playa de Montijo-Niño de oro, playa Cruz del Mar-Las Canteras, playa de Regla, playa de Camarón-La Laguna y playa de las tres piedras-La Ballena.
Chipiona sobresale como un gran centro turístico de la provincia de Cádiz. Mientras admiras sus múltiples monumentos de carácter religioso, puedes degustar un rico moscatel. Además, puedes apreciar la explosión de flores, con el clavel como flor más cultivada. Sus playas de yodo no te dejarán indiferente. Quien conoce su historia, se acerca más a ella si cabe.
