Hotel Squash Club

El Squash Club apartahotel se encuentra en la ciudad portuaria de Portimão en la región portuguesa del Algarve, muy cerca de la playa de Rocha y de una gran variedad de bares, restaurantes y tiendas.

Posee un total de 28 espaciosos apartamentos a disposición de los clientes de uno, dos y tres dormitorios, todos equipados con baño privado, sala de estar, comedor, televisión LCD, terraza y aire acondicionado.

Si el huésped lo desea puede solicitar servicio de caja fuerte, sujeto a disponibilidad y mediante aportación de fianza. Las cocinas están completamente equipadas y los apartamentos cuentan con servicio de limpieza y cambio de toallas a mitad de la estancia. El Squash Club no admite mascotas en sus habitaciones.

El servicio de recepción estará disponible las 24 horas durante el periodo estival y el resto del año hasta las 22:00 de la noche. Cuenta con Internet inalámbrico gratuito y nuestro personal estará encantado de asesorar en todo lo posible durante la estancia.

El complejo de apartamentos cuenta con un restaurante, un bar y una piscina al aire libre de acceso gratuito y para uso común, así como una sala de squash disponible bajo petición, sujeta a disponibilidad y accesible mediante cargo adicional. 

El Squash Club se encuentra a 500 metros de bares y restaurantes en los cuales se sirve gran variedad de platos regionales, típicos de la zona. Además, en la misma zona, dispone de la posibilidad de visitar las distintas tiendas y el casino de la ciudad.

El apartahotel se encuentra a 70 km del aeropuerto de Faro y cuenta con servicio de transporte bajo demanda del cliente y con un cargo adicional. La estación de tren de Portimão se encuentra a 3 km y el Teatro Municipal de Portimão, con diversos eventos artísticos y culturales, está a 2,7 km del hotel.

El Squash Club de Portimão se encuentra en la zona del Algarve portugués concretamente en la Rua Eng. Francisco Bivar Edificio Squash, 8500-809 de Portimão, a pocos minutos de la playa de Rocha y de varios restaurantes y bares con comida local. Además, también se encuentra cerca el casino local y de una zona con varias tiendas.

Pero al margen de sus fabulosas playas, su puerto deportivo y los manjares propios de la región, Portimão ofrece una faceta cultural nada desdeñable. Si nos cansamos de la parte más turística y ya hemos terminado de disfrutar las vistas que nos ofrecen los paseos por el río Arade, una opción más que recomendable es la visita del museo local para hacernos una idea de la historia que envuelve a esta bella región desde el comienzo de los primeros asentamientos.

Museo de Portimão

A menos de dos kilómetros del apartahotel se encuentra el estupendo museo de Portimao, en el cual podremos, mediante sus lecciones de historia y geografía (desde los primeros asentamientos prehistóricos de la ciudad pasando por las etapas islámica y medieval), aprender cómo vivía la zona del Algarve antes de la llegada masiva de turistas.

Gracias a la importancia del río Arade, podremos comprobar como la agricultura, la industria de la construcción naval y las conserveras de pescado dieron vida en otro tiempo a esta fantástica región del sur de Portugal.

Es digno de admiración el cariño y esfuerzo empleado, tanto por las instituciones como por los ciudadanos portimonenses, en la construcción y conservación de su museo local. 

Cuevas de Benagil

Una vez que ya hemos conocido la historia local, no podemos dejar de hacer un recorrido por la costa del Algarve para contemplar la belleza de los parajes naturales en los cuales se desarrollaba la actividad pesquera de estos pueblos del sur de Portugal. Y qué mejor para ello que una ruta en catamarán desde el puerto deportivo de Portimão hasta las cuevas de Benagil.

Una vez comenzado el trayecto podremos disfrutar de las vistas panorámicas de la ciudad de Portimão, y a mitad del recorrido, tendremos la posibilidad de disfrutar de un baño en una playa paradisíaca, considerada una de las más bonitas del mundo. 

Contemplar los acantilados y las espectaculares formaciones rocosas de las cuevas de Benagil es casi como estar en un trozo de paraíso. Además, con un poco de suerte, quizá se acerque algún delfín a saludar.