Hotel Vila Vita Parc

El resort Vila Vita Parc es un lujoso complejo turístico construido en 1992 y reformado por completo en 2009 situado en la localidad de Porches, compuesto por un edificio principal de cinco plantas y otro anexo de cuatro plantas, además de pequeños edificios complementarios generando la sensación de formar un pequeño pueblo.

Dichos edificios cuentan con 167 habitaciones incluyendo grandes suites con terrazas y piscinas privadas, habitaciones de lujo, suites familiares, estudios y dúplex/apartamento para disfrutar con toda la familia. Todas ellas incluyen todo tipo de comodidades como caja de seguridad, servicio de habitaciones, TV vía satélite, equipo de música, salón, cuarto de baño con secador, teléfono con línea directa y conexión a Internet.

El edificio principal cuenta con un gran hall de entrada con tres ascensores en el que se encuentra la recepción abierta las 24 horas del día, siendo el horario de entrada a partir de las 15:00 y el de salida hasta las 12:00. Además, ofrece el servicio de caja fuerte, cambio de divisa, servicio de préstamos de bicicletas, una sala de conferencias con conexión a Internet y una sala de juegos.

El Vila Vita Parc también dispone de comercios dentro del complejo con tiendas de souvenirs y diversas cafeterías y piano-bar que, junto con el restaurante de comida portuguesa a la carta galardonado con la 64ª posición de La Liste de los mejores restaurantes del mundo, permiten disfrutar de la gastronomía de la zona.

Todas las zonas comunes interiores disponen de climatización y están definidas como zona de no fumadores. Por su parte, las zonas exteriores, que conectan directamente a través de unas escaleras en la roca con las dos playas más cercanas, cuentan con multitud de espacios ajardinados visibles desde todas las habitaciones, junto con las instalaciones deportivas y la piscina exterior. Además, el complejo tiene un aparcamiento privado para los clientes.

El complejo turístico Vila Vita Parc se encuentra en Rua Anneliese Pohl, Alporchinhos, Porches, Algarve, Portugal, en un enclave natural único caracterizado por los grandes acantilados que dan forma a la Playa dos TremoÇos, haciendo de él un destino ideal para disfrutar de las playas, del clima del sur de la península y del paisaje rural, muy bien conservado, sobre el que se han introducido numerosos complejos turísticos con gran armonía.

Su localización destaca por la proximidad al aeropuerto de Faro, que se encuentra a 54 kilómetros del resort, además de disponer de numerosos restaurantes y bares temáticos a menos de 2 kilómetros de las instalaciones del complejo. Se encuentra próximo al Aqualand de Algarve (7,6 kilómetros) y a la ciudad de Portimão (18 kilómetros), haciendo que sea un destino ideal para realizar actividades con niños pequeños o visitas de interés cultural en las que conocer las costumbres y tradiciones de Portugal en una de sus ciudades más pintorescas.

Antiguo Casino de ArmaÇão de Pêra

Este antiguo casino, hoy declarado Monumento de Interés Municipal, inaugurado en 1958, siendo uno de los primeros construidos en Portugal, se encuentra a 2 kilómetros del complejo turístico junto al acantilado de la playa de ArmaÇão de Pêra.

Este edificio, obra del arquitecto Talavera de Sousa, se caracteriza por disponer de una única planta longitudinal con formas cuadradas en el que se pueden observar diferentes elementos de temática náutica, como las ventanas en escotilla de la fachada sur, un escudo con los brazos de Portugal sobre un pedestal en la fachada este.

Junto a este edificio se encuentra el paseo de la playa ArmaÇão de Pêra, que dispone de numerosas tiendas y comercios y otros emplazamientos de interés turístico, que hacen de este casino un núcleo ideal para conocer el casco turístico de esta localidad.

Iglesia de Nuestra Señora de la Roca (Nossa Senhora da Rocha)

Esta pequeña iglesia de tonalidad blanca, situada a 1,2 kilómetros del hotel, fue construida sobre el saliente de un acantilado bañado por aguas turquesas a modo de fortaleza militar inicialmente entre el siglo XV y el siglo XVI, aunque diversos expertos encuentran algunas evidencias de elementos aún más antiguos, debido a la presencia de una cúpula octagonal y su nártex separado, característicos de las iglesias paleocristianas.

En su interior, destaca de manera importante una imagen quinientista de Nuestra Señora de la Roca con el Niño y un pequeño retablo manierista.