Hotel Belvedere (Prague)

Praga es una de las ciudades más bonitas del mundo. Y si vas a visitarla, el hotel Belvedere reúne unas condiciones óptimas para una estancia agradable. Con siete plantas, buen acabado arquitectónico y servicio profesional, ofrece todas las comodidades, repartidas en 124 habitaciones y una bonita fachada que hace esquina, en una concurrida, pero tranquila calle.

Su buena decoración, amplio salón, zonas comunes y grandes ventanales facilitan el disfrute del cliente y lo predisponen para una magnífica estancia en la capital checa. Limpio y con buenas conexiones de transporte (varias líneas de tranvía) para desplazarte en poco tiempo a cualquier punto de la ciudad, este alojamiento del distrito Letna 7 está catalogado con cuatro estrellas y permite la estancia de mascotas.

Las zonas comunes del hotel Belvedere son espaciosas y elegantes. Muchos de los suelos son de parqué y el juego de luces y colocación de plantas y elementos naturales en el hall acentúan su elegancia. Se encuentra en un punto bastante céntrico de Praga, muy cerca del río Moldava, que atraviesa la ciudad y el acceso es fácil y rápido a los puntos turísticos más destacados.

Su gran comedor sirve desayunos bufé, con variedad de productos, café, zumos y té, tostadas, embutidos, cereales, fruta diversa y bollería.

Las habitaciones son luminosas y cuentan con dormitorio y baño, ambos espaciosos, calefacción y aire acondicionado, en una ciudad donde no hay que descuidarse, porque incluso los veranos pueden resultar fríos. Hay televisión con programación de canales por cable y escritorio.

Muchas de las habitaciones irradian un encanto especial, con ventanales cóncavos que ofrecen una vista panorámica estupenda. Otras dividen los espacios con pequeños muros separadores, que aumentan la sensación de amplitud.

Toda la instalación cuenta con conexión a internet y red wifi gratuita. Los trabajadores en la recepción son amables y están siempre atentos a las necesidades de la clientela.

El hotel Belvedere está ubicado en la siguiente dirección: Milady Horákové 19, Praga, 170 00, República Checa. Se encuentra a 1,5 kilómetros de la Plaza de la Ciudad Vieja y del Reloj Astronómico, a dos kilómetros del Puente de Carlos y la Plaza de Wenceslao, a 2,2 kilómetros del Castillo de Praga y el Museo Nacional y a 2,4 kilómeros de la Catedral de San Vito y del Zoológico. Además, el hotel Belvedere cuenta con buenas conexiones de transporte público.

Praga es una ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad en 1992 y una de las 20 más visitadas del mundo cada año. Su historia es apasionante, con etapas de más o menos prosperidad, que la han configurado como la mezcla de estilos, áreas, personas y sensaciones que es en la actualidad.

Es perfecta para visitar en familia, disfrutar de fantásticas vistas desde sus puentes sobre el río Moldava, museos, palacios, mansiones aristocráticas y señales de la planificación urbanística del sistema comunista que imperó en la ciudad durante años.

Y también es para disfrutarla en pareja, con rincones para el romanticismo y el deleite, restaurantes, cafeterías, parques y rincones especiales en los que construir recuerdos que duren para siempre en tu memoria.

Ciudad vieja

Es uno de los lugares más populares y bellos de Praga, con una hermosa y característica arquitectura y un ambiente vibrante. La plaza no ha cambiado mucho desde que se configuró en el siglo XII cuando funcionaba como el mercado original de la ciudad. La iglesia de Nuestra Señora de Tyn es un símbolo reconocible internacionalmente. Por eso, una foto no puede faltar delante de las peculiares torres.

La plaza alberga el hermoso reloj astronómico, que data de 1400. Hay también restaurantes que sacan mesas a la calle durante los meses de verano, para que los viajeros gocen de un café o una cerveza mientras absorben el ambiente praguense.

Castillo de Praga

El Castillo de Praga es uno de los más grandes del mundo. Cumple funciones como residencia del presidente checo y como popular destino turístico. El complejo donde se encuentra acoge también otras instalaciones.

Data de hace más de mil años y cubre una enorme área. El recinto incluye la Catedral de San Vito, el Palacio Real, la Basílica de San Jorge y el Callejón del Oro, donde las casas se han convertido en escenas de época para mostrar cómo los artesanos vivían y trabajaban en la antigüedad.