Hotel Tivoli

El hotel Tivoli ofrece a sus huéspedes el encanto de una estancia cuidadosamente restaurada por arquitectos italianos, en el centro de Praga. La capital checa, en los últimos años, se ha convertido en el destino favorito de miles de turistas.

Ubicado en un edificio de principios del siglo XX, y adaptado a todas las comodidades de sus visitantes, el hotel consigue la satisfacción de quienes lo habitan. Con la fortuna de poder comunicarte en varios idiomas, el servicio atiende todas las necesidades en tu lengua, para que te sientas cómodo a cada instante.

Que Praga sea una de las ciudades europeas más visitadas no es extraño. Sus edificios monumentales y su entorno cultural hacen de la ciudad un destino para todo tipo de gustos. Amantes del arte no se quieren perder pasear por sus calles, que evocan distintas épocas y estilos.

Ciudad para enamorados, es óptima para pasar la luna de miel y repetir, como han hecho todas las parejas que la han conocido. El hotel suele ser retomado por muchos matrimonios y parejas de novios que ya estuvieron en él.

No solo se distingue por su confort, sino que es ideal por la ubicación que presenta, muy cerca de la plaza más importante de Praga, la Plaza Wenceslao. Además, tienes la facilidad de moverte en transporte público, por la proximidad de la estación de metro I.P. Pavlova.

Cuando la belleza de una ciudad inspira a visitarla constantemente, la sensación de bienestar alcanza su culmen. Así se siente quien visita la capital checa. Pero aún es mejor cuando tienes la oportunidad de escuchar su orquesta sinfónica, tan famosa mundialmente.

El hotel Tivoli es centro de la cultura de la ciudad, así como de los sueños que inspiran al turista que la visita por primera vez. Cuando conoces Praga no puedes dejar de regresar.

El hotel Tivoli está situado en Sokolská 48, Praha 2, en la ciudad de Praga, República Checa. Su privilegiada ubicación hace que sea el lugar seleccionado por miles de turistas durante todo el año para visitar esta esplendorosa capital europea.

La facilidad para moverse por las calles de la ciudad, teniendo cerca los más concurridos rincones, como la Plaza de Wenceslao o el Museo Nacional, harán de esta experiencia inigualable. Además, por la cercanía a la estación del metro, tienes a la palma de la mano conocer todos los lugares que desees.

Siglos de historia llenan las calles de Praga, que ha tenido que ser reconstruida por las grandes guerras del siglo XX. En las fachadas de sus edificios se consigue respirar la belleza de cada época.

Ante ti tienes la posibilidad de conocer su Teatro Nacional, el Palacio de la Cultura o la Sala Smetana, que alberga a la Orquesta Sinfónica de Praga. Cuna de la cultura europea, no puedes perderte el Museo Kafka, que conmemora las obras de uno de sus ilustres literatos.

Teatro Nacional

Un bastión muy importante de la cultura y la identidad checas, el Teatro Nacional mira glorioso al río Vltava, reflejándose señorial en él desde el siglo XIX, cuando el Parlamento Regional decidió construirlo. Actualmente, está formado por tres divisiones, que centran en todo el conjunto la importancia cultural de Praga. El Teatro Estatal, la Ópera Estatal y el Teatro Karlín ofrecen al público tres representaciones: la ópera, el ballet y el drama.

La oferta es muy variada para el amante del arte, sobre todo porque el Teatro Nacional recibe las grandes obras del mundo, con los mejores actores, cantantes y músicos del momento.

Ciudad vieja

Es el barrio más antiguo de la ciudad. Visitado continuamente por miles de turistas, encierra en él lo más típico y pintoresco de Praga. A partir de este barrio fue creciendo la capital checa, más allá del río Moldava. En Ciudad vieja el caminante podrá encontrar su monumental plaza y el Reloj Astronómico, de origen medieval, que ha sabido preservarse a través de los tiempos.

Podrás comprobar por ti mismo cada rincón de este barrio emblemático de Praga, con una oferta en restauración, cultura y ocio envidiable. Este barrio fue originariamente el primer asentamiento original de la primigenia Praga. No fue hasta el sigo XIV cuando Carlos IV decidió fundar la Ciudad Nueva, que hoy se extiende más allá del barrio de la Ciudad Vieja. Podrás visitar, además, el Puente de Carlos, que cruza el río Moldava.