Hotel Hotel Averroes

Situado en la famosa ruta de los patios típicos de la ciudad andaluza de Córdoba, el Hotel Averroes es un establecimiento cómodo, utilitario y agradable, a la vez que un lugar con el encanto propio de la zona, y cercano a los puntos de interés de la ciudad como son el Alcázar de los Reyes Cristianos, ordenado construir en 1328 por el rey Alfonso XI de Castilla; o la Posada del Potro, donde se hospedó Miguel de Cervantes, sirviéndole esto de inspiración para algunos pasajes de sus obras más conocidas.

Esta es una opción de alojamiento adecuada si se quiere ser partícipe del encanto de Córdoba, huyendo del epicentro de la actividad turística, más concurrido, sobre todo en los meses de verano de más alta ocupación de la zona, a pesar de encontrarse a 600 metros del centro. El hotel oferta también actividades de esparcimiento en la piscina exterior y sala de conferencias, bar y restaurante.

Manteniendo el estilo propio del lugar, el edificio de tres plantas fue restaurado en el año 2000. Cuenta con 5 habitaciones con capacidad para una persona, y 67 habitaciones dobles. Puede solicitarse también el alojamiento en habitación triple, y en doble para uso individual.

La estructura del Hotel Averroes está habilitada para personas con movilidad reducida, contando con ascensor, y adaptación de las habitaciones para ofrecer una experiencia cómoda y agradable a todos sus clientes. Cuenta a estos efectos con un garaje propio del hotel, y servicio de habitaciones.

El restaurante del establecimiento ofrece, tanto a la hora de la comida como a la hora de la cena, la opción de elegir entre el bufete o la carta, con opción de solicitar menús dietéticos con la antelación debida, sirviéndose por la mañana bufete de desayuno continental y dando opción a desayuno en la habitación.

El Hotel Averroes se encuentra en Calle Campo Madre de Dios, 38, en el centro de la ciudad, en plena ruta de los patios típicos de una ciudad que se caracteriza por sus monumentos y calles enigmáticos y también por una gastronomía variada, sabrosa y, sobre todo, única.

A escasos metros del centro, el Hotel Averroes se halla muy cerca del río Guadalquivir, tan referenciado por la cultura del lugar y por la música flamenca, así como de zonas de comercio y restaurantes. Pocos metros lo separan también de la Plaza de la Corredera, y de la famosa Mezquita-Catedral de Córdoba.

Plaza De La Corredera

A pesar de que los edificios del lado sur de la plaza (la Vivienda del Corregidor y Cárcel, y la Casa de Doña Jacinta) no fueron modificados, el aspecto actual de la plaza es el resultado de las reformas llevadas a cabo entre 1683 y 1687. Con esta reforma se pretendía aumentar la seguridad en el que era el epicentro de la vida pública de la ciudad, pues allí se celebraban corridas de toros y otros espectáculos públicos.

Grandes hitos históricos ocurrieron anteriormente en este lugar, como la celebración, en 1571, de la victoria de Lepanto contra los turcos. Este fue también, lastimosamente, el lugar elegido por la Inquisición para realizar sus autos de fe, y la plaza que eligieron los franceses a principios del siglo XIX para ejecutar a sus condenados a muerte.

Después de la gran reforma del siglo XVII, la plaza se convirtió en el gran mercado de la ciudad hasta 1946, habiéndose trasladado allí desde los subterráneos del edificio de la cárcel.

Mezquita-Catedral De Córdoba

Templo declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1984, esta mezquita-catedral es el símbolo de la ciudad, así como uno de los monumentos más longevos de España. Habiendo recibido el nombre, en la época visigoda, de Basílica de San Vicente, es rebautizada en el siglo VIII como Mezquita por los musulmanes. Posteriormente, y tras la reconquista de Córdoba por el rey Fernando III el Santo en 1236, comenzó a usarse como Catedral, uso que permanecería hasta nuestros días, aunque no sin sufrir transformaciones por el paso de los años y la evolución de la arquitectura del culto cristiano: se aprecian elementos de la Baja Edad Media, humanistas, barrocos, y sufrir finalmente una restauración en los siglos XIX y XX.

Esta historia ecléctica revierte en una arquitectura riquísima, plagada de secretos y curiosidades, que asombra a todo turista, provenga de la cultura que provenga.