Hotel Hotel Monarque Cendrillon

El Hotel Monarque Cendrillón fue construido en el año 1967 y posteriormente reformado en 2005, de ahí que, hoy por hoy, sea un alojamiento actual, moderno y sumamente confortable, con servicios, actividades y equipamiento de gran calidad.

Las habitaciones están distribuidas en cuatro plantas a las que se puede acceder mediante los ascensores del vestíbulo de la planta baja. Amuebladas con exquisito gusto, son dormitorios acogedores que crean un agradable ambiente tanto por su iluminación como por su decoración y a las que se les ha dotado de todo lo necesario para que tus vacaciones o estancia sean inolvidables.

La recepción se encuentra permanentemente abierta y en ella vas a poder gestionar tus entradas y salidas, pero también obtendrás información turística de la zona, servicio de caja fuerte, cambio de divisa y otros adicionales que te harán disfrutar más de tus desplazamientos o excursiones.

Su situación a unos metros de la playa será ideal para ti cuando desees disfrutar de un agradable baño y un ratito del sol en las maravillosas playas de Fuengirola.

En los alrededores del hotel hay tiendas, comercios, bares, transporte público o maravillosos restaurantes, pero si prefieres disfrutar de las comidas en el mismo hotel, también tienes disponible un restaurante de calidad que te permitirá degustar exquisitos platos en su buffet libre.

El que dentro del recinto del hotel dispongas de peluquería, sala de televisión o un club infantil son servicios añadidos para tu ocio y diversión.

Tanto en las habitaciones como en las zonas comunes existe wifi gratuito, que también está disponible en las zonas de piscina, terrazas y jardín, para que siempre estés conectado. Desde el Hotel Monarque Cendrillón podrás realizar salidas a lugares como Marbella, Ronda o Málaga, pues está perfectamente comunicado con todo tipo de transportes públicos y con autopistas y carreteras.

La idónea ubicación del Hotel Monarque Cendrillón lo convierte en uno de los establecimientos más solicitados de Fuengirola. Situado en la Avda. de las Gaviotas, s/n, 29640, se encuentra a tan solo 300 metros de la playa, lo que significa que es el lugar ideal para tus vacaciones.

A solo 29 km del aeropuerto internacional de Málaga, a 30 metros de la parada de autobús, cercano a la salida de la autovía N-340 y a 500 de la estación de tren que conecta con los larga distancia y AVE, su situación es perfecta tanto para llegar a él como para realizar viajes o excursiones por los alrededores de la Costa del Sol.

Muy cerca del Hotel Monarque Cendrillón se encuentran locales de moda, zonas de restaurantes, bares, comercios y todo tipo de tiendas, por lo que los paseos serán sumamente agradables y entretenidos, tanto si deseas hacerlos por las playas como si te apetece una caminata algo más urbana.

Y es que esta apacible y actual zona del sur español tiene mucho por ver y descubrir, no solo su agradable temperatura, ya que es uno de los lugares con más sol anual de toda Europa, sino que, además, es tierra de vinos, de ricos platos mediterráneos, de monumentos y cultura.

Marbella

Marbella es conocida por el turismo, el ocio, el lujo y la modernidad, pero también ha sabido conservar parte de su tradición, su arquitectura y su historia en un centro histórico cargado de belleza.

Su trazado es típicamente árabe, con bonitas y empedradas callejuelas. El castillo de Marbella es una de las visitas obligadas, de construcción árabe y medieval, a lo largo del tiempo ha sufrido varas remodelaciones, pero aún conserva su esencia.

En tu paseo por Marbella no te puedes perder la Plaza de los Naranjos, el centro político y social de la ciudad, así como el Museo del Grabado, uno de los mejores en su género. Y si deseas vivir el lujo en su máximo esplendor, date una vuelta por Puerto Banús.

Mijas

Este pequeño pueblo es famoso por sus burrotaxi, una invención que ha ayudado a que este animalito tan peludo y enternecedor no se extinguiera. Los niños disfrutarán mucho de la experiencia de montar sobre uno de estos bonitos equinos.

Pero en Mijas aún te quedará mucho por ver. Solo la blancura de sus casas, su casco histórico adornado de flores que desprenden aromas incomparables y las vistas del mirador al que se llega por un laberinto de bonitas callejuelas bien merece la escapada.