Situada en una finca de 10 Ha, rodeada de árboles autóctonos y especies variadas. Se trata de un edificio de nueva construcción pero sin perder el encanto de una casa con solera: maderas, piedras, gruesos muros y mucha luz. Uno de los rincones más acogedores es el salón con chimenea donde poder relajarse junto al fuego de la buena lectura. El entorno y la calidez del Hotel, en el que disfrutar de sus tonalidades, suaves desniveles y largos paseos, hacen de este lugar el sitio idóneo para perderse en cualquier época del año. Dispone de 12 acogedoras habitaciones, cuya decoración está muy cuidada y cada una de ellas es distinta a las demás, jardín, piscina, pista de padel y restaurante. Los cálidos colores de las paredes de todo el alojamiento dan la sensación de tranquilidad y sosiego e invitan a quedarse.