Hotel Miro

El hotel Miró Bilbao fue construido en el año 2002. Con un total de 10 plantas y 50 habitaciones (39 dobles, 6 individuales, 3 junior suite y 2 master suite), al entrar nos encontraremos con un gran recibidor, abierto las 24 horas. La recepción, preparada para atender a los clientes en los principales idiomas, también brinda al visitante información turística detallada y asesoramiento cultural.

En este mismo nivel se encuentran un coqueto bar y un increíble restaurante climatizado que proporcionan los mejores platos de la célebre gastronomía vasca y la cornisa cantábrica a precios más que asequibles, con una oferta de desayuno tipo bufet.

El hotel Miró Bilbao se encuentra muy cerca del increíble museo Guggenheim y unos pocos centenares de metros de la zona centro y el casco viejo de la ciudad. Podrás pasear por sus calles de manera ágil y ecológica gracias a otro de los interesantes servicios del establecimiento, como es el de préstamo de bicicletas. De igual manera, alrededor encontrarás infinidad de comercios, tiendas, bares, restaurantes y lugares increíbles para visitar que harán las delicias de todo tipo de público.

La playa, aún sin ser uno de sus reclamos más conocidos, se encuentra a tan solo 20 minutos en coche desde el centro. Por lo tanto, quien esté en Bilbao en verano y note cómo sube el mercurio, debería acercarse a sus costas. No saldrá decepcionado.

Otro de los puntos fuertes del hotel es su capacidad para organizar congresos o encuentros empresariales. Asimismo, cuenta con una gran sala de conferencias, con gran aforo y conexión a Internet de manera gratuita con unas vistas incomparables.

Y es que, por calidad, ubicación, atención personalizada y prestaciones, el hotel Miró Bilbao es, sin lugar a dudas, la mejor elección cuando alguien se decide a visitar la capital de Vizcaya.

El hotel Miró Bilbao se encuentra en Alameda Mazarredo 77, Bilbao, España. Ubicado en el corazón de Bilbao, este hotel te servirá para conocer una de las ciudades más vibrantes y vivas culturalmente hablando de toda España.

Bilbao

Ciudad con un gran pasado industrial, no fue hasta hace unos 25 años cuando explotó a nivel cultural. La reforma de la ría del Nervión y el derribo o traslado de las zonas siderúrgicas al extrarradio, empezaron a cambiar la cara del Bilbao oscuro y negro por culpa del hollín por la luminosa ciudad en que se ha convertido en la actualidad.

El museo Guggenheim, obra cumbre del realismo modernista, alberga desde 2007 varias exposiciones fijas e itinerantes con maravillosas obras de arte de los últimos treinta años. La enorme estatua del perrito Pupy que preside la entrada con diversos y cambiantes vestidos de flores según las épocas del año, se ha convertido en una de las fotografías más icónicas que se hace todo visitante que aterriza en la ciudad.

Otro de los lugares imperdibles es el centro histórico o Casco Viejo de Bilbao, el auténtico germen de la ciudad. Pasear por sus calles, pasajes y callejuelas adoquinadas, nos muestran ese tipo de construcción tradicional tan característica, plena de grandes vidrieras, arcos y todo tipo de comercios.

Con multitud de tabernas, tascas y bares, perderse por ellos degustando tapas de bacalao al pil-pil o bonito encebollado serán sin lugar a dudas un placer inigualable. La catedral de Santiago, situada en su parte más alta de este barrio, data del último cuarto del siglo XIV y toma su nombre del patrón de la ciudad. Uno de los muchos monumentos de patrimonio histórico que no te puedes perder.

Bermeo

Localidad fundada en 1239, con una gran historia, rica en colores y con una existencia ligada al mar. A pesar de la falta de restos de dicha época, si quedan vestigios del pasado como restos de la muralla de la villa (siglo XIV). La torre de Ercilla, el claustro de la iglesia de San Francisco y los templos de Santa Eufemia y Santa María provocan en el visitante una impresión de traslado a la época medieval.

Pero es en su puerto, con más de ocho siglos de historia, donde gira toda la vida de la ciudad. Sus poderosos muelles han protegido la ciudad y sus barcos de pesca de la bravura del Cantábrico durante cientos de años y acogen ahora a una de las lonjas más activas de toda España.