Hotel NH Collection Villa De Bilbao

El hotel NH Villa de Bilbao consta de ciento cuarenta y dos habitaciones -tres de ellas suites- y se encuentra ubicado en un edificio de siete plantas que fue totalmente renovado en 2012. Su espléndida localización es solo una de las virtudes que le han llevado a convertirse en uno de los establecimientos mejor valorados de la ciudad.

La larga lista de servicios ofertada a los clientes es sinónimo de un trato personal a cada huésped y de poner en práctica una manera muy determinada de entender este tipo de negocios. A la modernidad más absoluta, que a veces aporta demasiada frialdad, se le une una sana intención de convertir cada estancia en un espacio acogedor al que el cliente desee regresar.

Como viajero, independientemente de cuál sea el motivo de tu estancia en la ciudad, encontrarás un servicio a la altura de tus necesidades. La posibilidad de descansar correctamente, gracias al aislamiento acústico de las habitaciones, tras un largo día de trabajo o de visitas turísticas es una garantía que hay que tener muy en cuenta.

El marcado toque artístico de la decoración del hotel le da al hall de entrada y al resto de dependencias un aire de museo de arte moderno muy recomendable. A todo lo anterior habría que añadir la magnífica labor de la plantilla de trabajadores del NH Villa de Bilbao. Sus consejos para conocer mejor la ciudad, su capacidad de adaptación y su rapidez resolviendo cualquier contingencia son solo algunas de las características más subrayables de un equipo humano que convierte el hotel en tu propio hogar.

El hotel es, por lo tanto, uno de los mejor valorados por los viajeros de todo el mundo. En sus comentarios elogian su ubicación, sus servicios, su diseño y una profesionalidad demostrable y comprobable por cualquier cliente que decida hospedarse en el mismo.

El NH Villa de Bilbao está ubicado en la Gran Vía, 87, de la capital vizcaína. Su localización, a pocos metros de la ría, es idónea para conocer la parte nueva de la ciudad y también para disfrutar de los encantos de su centro histórico, uno de los más diversos del País Vasco.

El NH Villa de Bilbao es la base de operaciones que necesitas para poder disfrutar de los atractivos que glosamos a continuación y para descubrir otros de gran interés. En recepción te informarán de forma puntual de todos ellos y te ayudarán a escoger el que mejor se adapte a tus preferencias personales. Prepara tus vacaciones y no olvides pasar por los siguientes puntos para tener una experiencia más completa.

Centro histórico

A menos de doscientos metros se erigen el Museo Marítimo Ría de Bilbao y el Bilboko Arte Ederren -museo de arte-. Paseando por la Gran Vía hacia el oeste llegarás al Palacio Chávarri, uno de los más impresionantes de la localidad. Otros puntos interesantes que no han de faltar en tu recorrido son el museo Benedicto, la catedral de Santiago y la plaza de San Francisco Javier.

Tras esta excursión por el corazón de Bilbao nada mejor que dirigirse a la calle del Perro, en pleno casco viejo, para disfrutar de las delicias gastronómicas de los innumerables bares de pintxos y restaurantes que ofrecen sus exquisiteces al viajero. Terminada la comida podrás visitar el museo vasco y la plaza de Berria antes de coger el metro, en la cercana parada de Zazpi Kaleak, para regresar al hote.

Ciudades cercanas (Sestao, Baracaldo, Santurce)

Los alrededores de Bilbao te ayudarán a conocer mejor la cultura vasca. Esta zona industrial fue fundamental en el crecimiento económico y sigue dejando al visitante unos paisajes distintos y muy característicos. En las tres poblaciones arriba mencionadas es posible degustar la mejor gastronomía y visitar lo siguiente:

-Sestao. La parroquia de Santa María y el ayuntamiento son dos de sus edificios más característicos.

-Baracaldo. La Herriko Plaza o el cargadero en la dársena son dos de los múltiples atractivos de una localidad tan bella como merecedora de una visita.

-Santurce. El llamado Museo de las Esculturas, un espacio urbano en el que, a lo largo de catorce puntos distintos, podrás admirar la obra de grandes escultores contemporáneos. El Palacio Oriol es un claro ejemplo de la arquitectura decimonónica y sigue sorprendiendo al visitante por su belleza y por su monumentalidad.