Hotel Oriente

El hotel Oriente ofrece sus servicios en la ciudad de Zaragoza. Su magnífica ubicación permite recorrer el centro urbano, y los monumentos más interesantes, fácilmente. Se inauguró en el año 2000 y consta de 70 habitaciones. A pocos metros se encuentra una parada de tranvía que hará más sencillo tu desplazamiento por la capital maña.

El edificio que lo alberga mantiene su fachada, una joya arquitectónica del siglo XX con toques neoclásicos, si bien el interior está totalmente actualizado. Su amplio abanico de servicios es fundamental para que cada huésped se sienta muy a gusto en sus instalaciones. El uso de las distintas estancias es muy funcional y permite un aprovechamiento al completo de todos los rincones del establecimiento.

En la zona de la ciudad en la que se encuentra es uno de los hoteles más demandados por todo tipo de turistas. Los que ya se han hospedado califican, en su mayoría, la estancia de sobresaliente. Aspectos como la antedicha ubicación, la limpieza, la comodidad de las habitaciones y, especialmente, el personal son los mejor valorados.

El personal atiende a cada huésped de forma personalizada, evitando así caer en la poco adecuada frialdad. En recepción trabaja una serie de empleados que se esfuerza por ofrecer información turística y por agilizar cualquier tipo de gestión que haya que realizar (alquiler de un vehículo, compra de entradas para un espectáculo y similares).

Parejas, familias y profesionales encontrarán en el Oriente un hotel que se ajusta muy bien a todo tipo de necesidades. Esta adaptabilidad es uno de los pilares sobre los que se cimienta su popularidad. Si entra en tus planes visitar la ciudad del Ebro en breve, no dejes de leer la siguiente información para conocer, en mayor profundidad, todo lo que ofrece un negocio hotelero que sigue marcando la diferencia.

El hotel Oriente se encuentra en la calle Coso, 11-13 de la ciudad de Zaragoza. Ubicado en pleno centro, resulta muy sencillo llegar a cualquier punto turístico. En un radio de 500 metros encontrarás la plaza de España, el museo de Zaragoza, la muralla, el teatro romano, el mercado central, el río Ebro y el monumento a Goya. Todos ellos merecen que les dediques parte de tu tiempo. A 600 metros están los siguientes monumentos.

Basílica de Nuestra Señora del Pilar

La primigenia iglesia románica, del siglo XIII, se fue convirtiendo en la actual basílica con el paso de los siglos. Entre el siglo XIII y el XVI fue gótico-mudéjar. Entre el siglo XVII y XVIII se edificó la nueva basílica. En el siglo XIX se construyeron las bóvedas. La obra no terminó hasta la segunda mitad del siglo XX.

Sus monumentales dimensiones -130 metros de largo y 67 de ancho- son su seña de identidad. Se aconseja dedicarle una mañana a tan importante visita. A medida que pasees por las distintas capillas podrás ir identificando las distintas épocas por las que ha pasado el edificio. No olvides visitar la capilla de la Virgen del Pilar para admirar la eterna devoción que se tiene por ella en la ciudad. Al salir, contempla la gran plaza y busca algún lugar para degustar la contundente, pero deliciosa, gastronomía zaragozana.

Catedral del Salvador (La Seo)

Desde el hotel Oriente podrás llegar a esta catedral puede quedar un tanto ocultada por la anterior basílica, pero es de enorme interés. Surge de la adaptación de una mezquita y comienza su construcción en el siglo XII. En el siglo XIV se construyen sus tres naves, se mantiene el ábside, y se crean los cimborrios al mismo tiempo que se termina la fachada. En el siglo XVII, tras haber sido derruida la torre mudéjar por su mal estado, se edifica el actual campanario.

Una mescolanza de estilos arquitectónicos más que curiosa permite al visitante ir analizando los cambios realizados. La huella mudéjar está muy bien conservada. Los ábsides, la casa del deán, el presbiterio, el retablo del alta mayor, sus capillas y el trascoro son de obligada visita para los amantes del arte. A tu salida se te aconseja pasear por esta zona de la ciudad para visitar comercios tradicionales y perderse por las calles, hablar con su gente y disfrutar de tu estancia lo máximo posible.