El Parador Nacional de Teruel se encuentra ubicado en un palacete, con inspiración mudéjar, ubicado en las afueras de la localidad. Los arcos ojivales, sus suelos de mármol, una decoración muy cuidada y pinceladas de la cultura árabe consiguen crear un espacio lleno de personalidad que agrada al turista y que le ayuda a descansar de forma correcta.
Su amplia zona exterior permite dar un agradable paseo y despejar la mente. En su interior hay grandes salones para poder usar tu tiempo de ocio de la manera que prefieras. El clásico diseño del edificio no es óbice para que ofrezca un servicio actualizado y a la altura de las circunstancias.
Las habitaciones cuentan con todo lo necesario para que tu estancia sea la adecuada. El entorno natural es magnífico y permite olvidarse de los ruidos de la ciudad. El trato al cliente es cercano y personalizado, evitando así el error de la impersonalidad o de la frialdad. A pesar de tratarse de un inmueble de grandes dimensiones, se consigue crear espacios acogedores y que el huésped se sienta como en su propia casa.
Los que ya se han hospedado en el Parador Nacional de Teruel así lo confirman. Ocho de cada diez elogian la limpieza, la comodidad y los servicios con un notable. El personal consigue el sobresaliente al ser tan amable como profesional. Cualquier tipo de duda que puedas tener, cualquier gestión que haya que realizar, un excelente asesoramiento turístico y una larga serie de cualidades estarán a tu entera disposición. La sonrisa es el denominador común de todas sus acciones.
Tanto si piensas viajar a Teruel con tu familia o pareja, como si lo vas a hacer por motivos laborales, este hotel es idóneo para hospedarte por lo arriba expuesto y por los servicios que se exponen en el siguiente apartado.