Hotel Parador Salamanca

El Parador Salamanca es un hotel de cuatro estrellas de la red de paradores de España situado a veinte minutos de los principales atractivos de la ciudad de Salamanca, junto al río Tormes. Este enclave es conocido como la “ciudad dorada” de España por el color que adquiere la piedra de Villamayor al atardecer. Su centro histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, además de ser coronada como la Capital Europea de la Cultura en 2002 por excelencia.

Como la ciudad de estudiantes por excelencia y la “ciudad del español”, es un hervidero de la cultura y, especialmente, de la cultura lingüística del castellano o español. Además, por encontrarse en la Vía de la Plata, antigua ruta romana que enlaza el norte y el sur de España, es el punto de partida perfecto para conocer otras áreas cercanas de interés turístico como Guijuelo o Béjar.

Con unas instalaciones completas y una gran variedad de beneficios, el Parador Salamanca es una buena opción para alojarse si se desea visitar cómodamente la ciudad, relajarse algunos días en sus instalaciones de wellness, o incluso celebrar reuniones o festejos en alguno de sus diez elegantes salones multifuncionales, que están equipados con las últimas tecnologías y tienen una capacidad para cuatrocientas personas.

El hotel cuenta con un total de 110 habitaciones, con varias categorías disponibles que van desde la estándar a la suite, con una capacidad de huéspedes de hasta doscientos veinte. Las habitaciones del Parador son completas, con las instalaciones básicas, y con una decoración elegante y sencilla, además de que algunas están habilitadas para personas con movilidad reducida. Entre otros, destaca su servicio de restauración, donde es posible degustar platos artesanos en un entorno elegante y de grandes ventanales, desde el cual se puede apreciar un bonito skyline de la ciudad.

El Parador Salamanca se encuentra en la calle Teso de la Feria, número 2, al comienzo de la salida sur de Salamanca que lleva a Valladolid, y que desemboca en Madrid. Esta localización excepcional a la entrada de la ciudad y junto al río Tormes permite al visitante disfrutar de unas vistas espectaculares sobre la “ciudad de oro”.

A pocos pasos del establecimiento se halla una parada de autobuses que conecta con el centro de la ciudad y con los monumentos más destacados, como son la Plaza Mayor, el Huerto de Calixto y Melibea, las catedrales y el edificio histórico de una de las universidades más antiguas de Europa. Entre los muchos atractivos turísticos de esta ciudad destaca la Casa de las Conchas, y el Parque Natural de las Batuecas-Sierra de Francia.

Casa de las Conchas

La Casa de las Conchas es un antiguo palacio urbano nobiliario que se comenzó a construir en 1493, y se acabó en 1517, por orden de Rodrigo Maldonado de Talavera, caballero de la Orden de Santiago y catedrático de Derecho. Sin embargo, el aporte más característico lo realizará el hijo de este, Rodrigo Arias Maldonado, tras casarse con Juana de Pimentel, cuyo símbolo familiar eran las conchas, pues colocó más de trescientas de ellas en su fachada. La leyenda narra que debajo de una de estas conchas se esconde una moneda de oro.

Los estilos arquitectónicos gótico tardío, mudéjar y renacentista se mezclan en este edificio tanto en la fachada del mismo como en el patio interior, y sobre la puerta principal y las ventanas se sitúa el escudo de la familia Maldonado, con cinco flores de lis.  Actualmente, el edifico alberga una biblioteca pública en su interior.

Parque Natural de las Batuecas-Sierra de Francia

Este parque es un espacio natural único, que combina hermosos valles, cumbres imponentes y bosques frondosos, con pinturas rupestres de hace 4000 años, formadas por pinturas policromas con figuras humanas, así como cabras, ciervos, osos… También los romanos dejaron su huella en este enclave, construyeron dos calzadas y algunos puentes. De la época visigoda se levantan todavía como testigos la ermita de Majadas Viejas y un poblado en la zona de La Legoriza. En cuanto a la impronta de los Reyes Católicos, judíos y mozárabes hallaron el refugio en estas tierras. De aquella época y tiempos posteriores quedan monasterios y poblados, además de una reciente exposición de jóvenes artistas al aire libre, cuyas obras se mezclan a la perfección con el paisaje.