Hotel Puerto Sherry

El Hotel Puerto Sherry es un magnífico establecimiento situado en la zona más exclusiva del Puerto de Santa María. Concretamente, y como su propio nombre indica, está en el puerto deportivo de la localidad y en una urbanización de lujo. No es de extrañar, por tanto, que haya sido decorado con temática náutica. Así mismo, tienes dos playas muy cerca: la de la Caleta del Agua a 650 metros y la de la Ensenada del Aculadero a un kilómetro.

Es un hotel de 60 habitaciones magníficamente equipadas y dotadas de una perfecta insonorización que se distribuyen en dobles, dobles superiores, dobles con vistas al mar y superiores con vistas al mar. Todas ellas te ofrecen baño completo y secador de pelo, calefacción o aire acondicionado, minibar, caja fuerte, teléfono con línea al exterior, televisión de pantalla plana con canales vía satélite y conexión wifi gratuita. Así mismo, la mayoría de ellas tiene una amplia terraza (con mesa y sillones para relajarse) que en unas mira al mar y en otras al bosque. Hay habitaciones para no fumadores y también una suite nupcial para recién casados.

El Hotel Puerto Sherry no admite mascotas y su hora de entrada es a partir de las 14 horas, mientras que la salida debe producirse antes de las 12. Por otra parte, en las habitaciones superiores tienes la posibilidad de pedir una cama supletoria para niños.

También cuenta con un parking gratuito que no hace falta reservar y su amplia recepción permanece abierta las 24 horas para atender tus necesidades. En ella, puedes encontrar periódicos del día y el personal que la atiende habla cuatro idiomas (español, inglés, francés y alemán). El hotel admite el pago con tarjetas de crédito como Visa, Mastercard,y American Express y todo el edificio posee conexión wifi a Internet sin coste alguna para el huésped.

El Hotel Puerto Sherry se encuentra en la Avenida de la Libertad, s/n, de la localidad del Puerto de Santa María, en la costa de Cádiz. Se halla, por tanto, estratégicamente situado para que disfrutes de playas de la zona como las de la Caleta del Agua, que está a 650 metros, o la de la Ensenada del Aculadero, a un kilómetro. Pero no solo presenta una ubicación interesante en cuanto a los arenales, también se encuentra a 30 kilómetros del Aeropuerto de Jerez y a 23 de la ciudad de Cádiz. Por su parte, Sanlúcar de Barrameda está a 24 kilómetros.

No obstante, en el propio Puerto de Santa María tienes muchas cosas que ver. Entre los monumentos de la localidad pueden citarse el Monasterio de la Victoria, un edificio del siglo XVI; los conventos de la Purísima Concepción y del Espíritu Santo; preciosas casas-palacio, como las de Vizarrón y Roque Aguado, que datan del XVIII. Al igual que la antigua lonja, un bello edificio conocido popularmente como ""El Resbaladero""; el conjunto de bodegas del XIX que se reparten por toda la zona y el castillo baluarte de Santa Catalina del Puerto. No puedes olvidar tampoco la Reserva Natural Complejo Endorreico del Puerto de Santa María, un tesoro ecológico formado por las lagunas Chica, Juncosa y Salada.

Castillo de San Marcos

No obstante, quizá uno de los monumentos más destacados de la zona sea este castillo cuya edificación data de finales del siglo XIII y que, restaurado hace 80 años, tiene una magnífica presencia. Posee cuatro torres, dos de planta hexagonal y dos cuadrangular y entre sus propietarios se contaron Alonso Pérez de Guzmán El Bueno y la Casa de Medinaceli. Actualmente puede visitarse y alberga la Cátedra de Estudios Alfonso X El Sabio.

Iglesia Mayor Prioral del Puerto de Santa María

Otro monumento destacado en la zona es este edificio religioso construido a fines del siglo XV por iniciativa de la mencionada Casa de Medinaceli. De esta época solo se conserva la llamada fachada del Perdón, que brilla como muestra del Gótico tardío.

El templo fue reconstruido hacia 1670 y de este tiempo son dos magníficos retablos que se hallan en su interior: el barroco de la Capilla de la Virgen de los Milagros y el realizado en plata mexicana por el orfebre azteca José Medina. Finalmente, en el siglo XVIII, se añadió en la parte central del presbiterio un baldaquino de estilo neoclásico, obra del arquitecto Torcuato Benjumeda.