Hotel Riviera

La privilegiada ubicación del hotel Riviera a pie de playa, le permite ofrecer a sus huéspedes una vista panorámica de la misma, así como la posibilidad de contemplar tanto el Paseo Marítimo como el Puerto Deportivo desde la comodidad de la habitación. En total, alberga 189 habitaciones en su interior, cuya decoración tiene un toque moderno que no pierde lo estéticamente agradable. 

Uno de los principales desafíos a los que se ha enfrentado el hotel Riviera desde que empezó a ser operativo, ha sido el cómo enfrentar la sostenibilidad medioambiental, de una manera económica y sin perder de vista el objetivo de un diseño por la naturaleza. En el año 2015 finalmente alcanzó esta meta, al ser el primero de Benalmádena en recibir el certificado de Hotel Sostenible en su Categoría Oro, y el premio Un Compromiso Real con la Sostenibilidad que concede el ISTUR Instituto de la Sostenibilidad Turística).

Todas las habitaciones, que pueden ser reservadas como individuales o dobles, tienen un servicio de despertador disponible para los huéspedes interesados en el mismo, un sistema de aire acondicionado y calefacción, acceso a un balcón o terraza con vistas al mar, una televisión de pantalla plana con canales por satélite, y un minibar. 

La normativa de hotel Riviera no permite el alojamiento de mascotas, pero sí el de perros guía, ya que considera importante el adaptar el hotel para permitir su uso completo y sin problemas a todos sus posibles clientes. Precisamente para cumplir con este estándar mínimo de calidad, el hotel está diseñado para ser accesible para personas con movilidad reducida.

Para asegurar la disponibilidad de personal cualificado que pueda resolver cualquier incidente surgido durante la estancia de los huéspedes, la recepción tiene una disponibilidad de 24 horas al día. Esto permite que el pago del hotel sea realizado en la propia recepción al hacer el check-in.

Hotel Riviera se encuentra en la Avenida Antonio Machado, 49, 29630 Benalmádena. Se trata de un hotel ubicado a unos 12 kilómetros de Málaga, en una posición de primera línea de playa, por lo que las vistas son estupendas desde las habitaciones. La zona en sí está a una distancia razonable de varios puntos emblemáticos de la ciudad, lo que facilita la posibilidad de hacer turismo y descubrir sitios de valor histórico o educativo.

Plaza de Olé

Esta plaza, que está abierta desde las 10:00 de la mañana hasta las 2:00 de la madrugada, es uno de los puntos incónicos de Benalmádena. Un sitio de aspecto tradicional donde el turista interesado puede observar en primera persona todo lo que caracteriza al festivo ambiente andaluz. En la plaza hay varias estatuas y sitios interesantes en los que sacarse una foto como recuerdo, además de ser un gran sitio para pasear tranquilamente a lo largo del día. Se recomienda visitar esta plaza en particular si el tiempo no tiene unas temperaturas tan cálidas como de costumbre, ya que hay unas cuantas heladerías cerca de ella. 

Una vez finalizado el paseo, es posible elegir uno de tantos bares de la zona para sentarse en la terraza a observar la gente pasear, mientras uno se refresca con una caña fría.

Un incentivo para visitarla para los huéspedes del hotel es que se encuentra a menos de 500 metros del mismo.

Castillo de Bil-Bil

El castillo de Bil-Bil, ubicado a 600 metros del hotel,  es uno de los puntos históricos más relevantes de cualquier visita al ayuntamiento de Benalmádena. Su construcción es primariamente de estilo árabe, recordando al visitante que esta fue una zona ocupada hace mucho tiempo. El exterior está decorado con azulejos y bajorrelieves, además de contar con un magnífico enlucido rojo que sigue la tradición arquitectónica nazarí. El entorno del castillo se encuentra rodeado, a su vez, por jardines cuyas fuentes recuerdan a la inspiración musulmana, lo que le otorga de una belleza y exquisitez particular.

El proyecto de este castillo comenzó como una villa de campo para una familia de dinero que vivía por la zona en el año 1927. Sin embargo, en 1980, el Ayuntamiento adquirió la propiedad para prepararlo como una parte cultural de la ciudad; un papel que, a día de hoy, todavía conserva, pues en su interior se celebran exposiciones, conciertos, conferencias y otros eventos de índole cultural.