La región de Flandes, en el norte de Bélgica, es uno de esos lugares del mundo que cualquier amante de los viajes y del turismo debe conocer. En esta pequeña pero bella región se esconden auténticos tesoros arquitectónicos y culturales como Bruselas, Gante, Amberes o Brujas. Afortunadamente, para visitarlos no hacen falta más que unas pocas jornadas debido a la cercanía entre ellos y a las buenas comunicaciones de Bélgica. Descubre con Viajes Carrefour la mejor escapada a Flandes en tan solo cuatro noches.

El punto de partida en tu escapada a Flandes
Lo más habitual a la hora de contratar un viaje y vuelo a Flandes es llegar a la capital de Bélgica, Bruselas. La Unión Europea hace tiempo que la estableció como uno de sus principales centros de operaciones y esto le ha dado una vitalidad y una multiculturalidad impresionantes. De este modo, sus ya bellas calles y plazas, como la Grand Place, se visten todavía de más colorido y diversidad durante todo el año. Esta plaza se construyó en el siglo XIII para ser utilizada como mercado para comerciantes, y hoy es el centro neurálgico por donde pasan todos los visitantes. Además, cerca de ella está el otro monumento más fotografiado, el coqueto «Manneken Pis»: una estatua de un niño meando que los belgas visten de diferentes formas durante el año. Otros lugares interesantes son el mirador del Palacio de Justicia, el Atomium o las numerosas tiendas de dulces y bombones. No te vayas sin probarlos.
Gante, una ciudad de ensueño

De Bruselas se puede llegar en tren cómodamente a Gante en tan solo 30 minutos. Por tanto, puedes salir temprano hacia allí y aprovechar así bien el día. Las maletas las podrás dejar sin problemas en la consigna de tu hotel o en la misma estación del tren porque siempre es mejor ir liviano, y más en estos viajes tan intensos.
Gante está considerada una de las perlas flamencas y te darás cuenta de los motivos nada más que pongas un pie en ella. Sus canales, sus puentes y el ambiente joven y alegre que se vive en sus plazas te cautivarán, así como su arquitectura medieval. Siéntate mirando al canal de Graslei y disfruta de un buen café, una cerveza o lo que te apetezca. O, mejor incluso, súbete a una barca y atraviesa sus canales. También es muy recomendable que te dejes perder por su antiguo barrio de Patershol, con calles empedradas. Y también que visites el formidable castillo de Gravensteen (o de los condes). Se construyó en el siglo XII y es una de esas fortalezas que, nada más verlas, te transportan al pasado. Ha sido cárcel, palacio de justicia… y hoy alberga un peculiar museo de la tortura. La catedral de San Bavón, con el famoso “Retablo del Cordero Místico” (1432), de Jan van Eyck, es otro lugar de obligada visita. Acaba el día tomando algo en alguna plaza y disfrutando de la noche de Gante y retomando fuerzas para la jornada siguiente, en la que te espera la preciosa Amberes.
Amberes, la ciudad de Rubens

De Gante a Amberes estarás en menos de una hora con los trenes que salen desde la estación de Sint-Pietersstanton o de la de Dampoort. En esta nueva parada de tu escapada a Flandes el gran protagonista y referencia de la visita será el fabuloso pintor flamenco Peter Paul Rubens. Podrás visitar su casa museo, así como admirar el mundialmente famoso «descendimiento de la cruz» en la Catedral de Nuestra Señora. También nació aquí otro pintor de gran prestigio como fue Anthony Van Dyck.
Un paseo por la fabulosa plaza Mayor, con sus casas de los gremios de los siglos XVI y XVII, será una magnífica forma de descubrir esta ciudad. Pero también debéis pasear por sus callejuelas como el callejón Vlaeykensang, que era donde vivían los antiguos zapateros, e ir avistando iglesias antiguas, fachadas increíbles y otras maravillas. Un paseo por el río Escalda, que recorre la ciudad, también es muy gratificante. Más aún si al final del mismo te topas con un edificio de cuento como es el Het Steen, un fabuloso castillo construido en el 650 d. C. para proteger a la ciudad de las constantes invasiones vikingas. Y que Carlos V reconstruyó en el siglo XVI.
Amberes es hoy una ciudad muy moderna, marcada por los diseñadores de moda y de joyas de lujo. En ella hay multitud de tiendas de todo tipo y un ambiente alegre y dinámico.
Brujas. Una ciudad casi perfecta

Desde Amberes nos dirigiremos hacia el oeste, casi ya en el océano Atlántico, para encontrarnos con otra joya. Nuestro último hotel en Flandes será en Brujas y estamos seguros de que no os defraudará. Mucha gente ve a Brujas como el destino por excelencia en este viaje con vuelo a Flandes, y no es para menos. Se la conoce popularmente como «la Venecia del norte», y eso ya es un signo de sus atractivos, de la belleza de sus canales, de sus puentes y de su carácter bohemio. Hay tanto que fotografiar que a veces resulta abrumador, pero hay que tomárselo con calma y saber apreciar cada detalle en todo su esplendor. Su casco antiguo, conservado como pocos, está considerado como Patrimonio de la Humanidad de la Unesco y en él resultan imprescindibles visitas a lugares como la plaza de Curtidores, la plaza Burgo, la del Mercado o Grote Mark. Un paseo en barca por sus canales, así como una parada en alguna buena taberna de cerveza son otros puntos ineludibles de esta fantástica visita. La oficina de turismo organiza interesantes tours de «Brujas a pie».
En Brujas hay dos museos que sobresalen sobre el resto de posibles visitas. Estos son el de «la patata frita» y el del «chocolate«. Muy distintos entre sí, pero curiosos y gratificantes, pues en ambos hay degustaciones y ventas de ambos productos realmente extraordinarias. En la misma línea, y para los apasionados del lúpulo, la visita a la antigua cervecería de Halve Maan, de 1546, es imprescindible.
Como podéis ver, una escapada a Flandes es más que recomendable, aunque no se disponga de mucho tiempo. Pues es un rincón de Europa donde la belleza y las visitas interesantes se concentran en un espacio coqueto y acogedor.