La Selva Negra es uno de los más importantes destinos turísticos de Alemania y se encuentra en el estado federado de Baden-Wurtemberg. Su llamativo nombre parece deberse al primer general romano que se internó en sus bosques, impresionado por la densidad y altura de la arboleda, que impedía la entrada de la luz solar.
Ubicada en el suroeste alemán, a caballo entre Suiza y Francia, la Selva Negra te ofrece paisajes espectaculares, localidades que mantienen su encanto medieval y una gastronomía basada en la tradición y los productos naturales.
Pero, sobre todo, viajar a la Selva Negra en Semana Santa es viajar a un destino verde con todo el sabor de la Europa más profunda. En este itinerario de cinco días conocerás sus poblaciones y lugares de mayor interés turístico, su comida típica y la imponente naturaleza que le da nombre; en alemán, Swcharzwald.

Cómo llegar
La entrada más popular a la Selva Negra es la ciudad de Friburgo. El aeropuerto más cercano se encuentra a 70 km, el Euroairport situado al sur, en suelo francés y próximo a la ciudad suiza de Basilea. Desde el Euroairport tenemos muchas conexiones con Friburgo por tren y autobús. La opción del ferrocarril es una de las más atractivas, por su extensa red y descuentos, para iniciar nuestro viaje por la Selva Negra.
Otra forma de viajar es utilizando un vehículo propio o de alquiler. Esta opción te permitirá planificarte el itinerario a tu antojo. También tendrás más opciones para elegir los hoteles de la Selva Negra, granjas de montaña o balnearios en los que podrás alojarte, pero el contacto con la población local parece más intensa si uno se zambulle en los eficaces transportes públicos de la zona.
Día 1. Friburgo

La universitaria ciudad de Friburgo tiene mil años de historia. En la actualidad cuenta con 220.000 habitantes, pero su casco histórico mantiene todo el encanto medieval, con su mercado y su catedral. Una de sus señas de identidad son los canalillos de agua que servían en sus inicios para llevar el agua a las viviendas. Se dice que quien moja un pie en ellos encontrará su pareja en Friburgo. Así que ten cuidado.
Friburgo también está considerada como el paraíso de las bicicletas y su población le da mucha importancia al respeto ecológico. Puedes aprovechar para acercarte a Triberg, la cuna de los relojes de cuco y que está atravesada por el río Gutach, formando un sistema de cascadas de 163 metros de caída.
A 35 km hacia el norte de Friburgo se encuentra el Euro-Park, que es el parque temático más grande de Alemania. Pero nuestro itinerario continuará en la segunda jornada hacia el sur, al verdadero corazón de la Selva Negra.
Día 2. Oberried – Feldberg
Oberried es un pequeño pueblo de montaña que no llega a los 3.000 habitantes, pero que recibe visitantes ávidos del contacto con la naturaleza. Allí encontrarás alojamientos individuales y hoteles que te servirán de punto de descanso para disfrutar del Steinwasen-Park, un parque encajado en un pequeño valle con múltiples atracciones de montaña y acuáticas, donde podrás ver ciervos, y alces. A la parte alta podrás ascender en telesilla y luego bajar en trineos por toboganes o raíles.
Para amantes de los deportes de montaña, muy cerca se encuentra la estación de esquí de Feldberg, un lugar de referencia en la Semana Santa de la Selva Negra. La montaña de Feldberg es el pico más alto de nuestro destino, con 1.493 metros sobre el nivel del mar.
Día 3. Lago Titisee

Continuamos la ruta hacia el este y nos topamos con el lago Titisee, un impresionante entorno que se formó por los glaciares de la cordillera de Feldberg y que tiene una superficie de 1,2 km2 de agua que en ocasiones se llega a congelar. El lago dispone de todos los servicios para los miles de visitantes que lo disfrutan a diario, así que aunque tengas frío puedes entrar en calor fácilmente con la comida tradicional en la que no faltan las salchichas más variadas.
La tarta emblemática de la Selva Negra
Casi obligatorio es probar la popular tarta de la Selva Negra, la Schwarzwälder Kirschtorte, que contiene varias capas de bizcocho de chocolate mojados con Kirsch (un licor de cerezas) y que se intercalan con nata y mermelada de cerezas. Las calorías que ganes las puedes quemar en el Badesparadies Schwarzwald, un parque acuático en las cercanías del lago.
Día 4. Tübingen

Seguimos camino, ahora hacia el norte, hasta la ciudad de Tübingen. Es otra ciudad universitaria de menos de 100.000 habitantes, que cuenta con muchos lugares de interés histórico y cultural. Su histórica universidad se fundó en 1477 y en su parte alta destaca su castillo, que se comenzó a construir en el siglo XII.
En la parte antigua de la ciudad te encontrarás con la Torre Hölderlin, donde vivía el poeta alemán que se convirtió en uno de los símbolos del romanticismo. En la actualidad es una casa museo. Un paseo por el río Neckar en las tradicionales barcas conocidas como Stocherkahn te permitirá contemplar las fachadas medievales que hacen de este lugar uno de los más pintorescos de la Selva Negra.
Día 5. Ettlingen – Sttugart
El último día del itinerario nos lleva aún más al norte, a la elegante localidad de Ettlingen en donde podemos contemplar su ayuntamiento barroco en la markplatz, la plaza del mercado, que tiene además una curiosa y colorida fuente dedicada a San Jorge. Todo en Ettlingen parece sacado de un cuento de hadas de los hermanos Grimm y merece ser visitado con calma.
Por último, para preparar la salida de la Selva Negra podemos utilizar la cercana ciudad de Sttutgart, capital del estado federado de Baden-Wurtemberg y uno de los motores económicos de Alemania. Cuenta con más de 600.000 habitantes y en sus afueras podrás disfrutar del Rotwildpark, conocido también como el parque de los ciervos. Un área natural protegida que nos sirve como encantadora despedida de nuestro viaje a la Selva Negra en Semana Santa. El regreso podemos iniciarlo por carretera, tren, o desde el aeropuerto internacional de Sttutgart, a solo 13 kms en dirección sur.